Carlos Francisco merece su monumento. Se lo prometieron hace 26 años, en acuerdo plenario justo el mismo día de su fallecimiento, pero aquel compromiso institucional duerme en el sueño de los justos, en una muestra de la graves amnesia que a veces sufren las instituciones.

En las primeras elecciones municipales, en 1979 tras la aprobación de la Constitución el año anterior, y tras más de 40 años de dictadura, Carlos Francisco fue elegido alcalde de Los Llanos de Aridane con 11 de los 16 concejales electos y en un segundo mandato, en 1983, con 13 de los 17.

El Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane aprobó el 11 de junio de 1988 que el recuerdo de su primer alcalde de la democracia, y quizás el más emblemático de la historia municipal, perdurara en el tiempo. Que las generaciones futuras supieran de su labor. Así, acordó que sería nombrado hijo predilecto, tendría su calle (la antigua vía exterior del Vizconde del Buen Paso) y se haría un monumento para perpetuar su nombre. Los dos primeros honores se cumplieron, con el reconocimiento de los propios vecinos, que hablan, en general, de un político que cambió el municipio, con carácter cercano, afable y con visión de futuro. Sin embargo, nada se sabe de la estatua.

Para costear la elaboración del monumento, incluso se abrió una cuenta para las aportaciones vecinales, lo que se llevó a cabo siendo alcalde León Manuel Acosta Nazco. La gente cumplió, demostrando su reconocimiento al regidor local fallecido. Sí, hubo un épocas no muy lejanas donde los políticos se ganaban la admiración de sus pueblos. El tiempo fue transcurriendo y los alcaldes que pasaron por la poltrona llanense se fueron olvidando del monolito. Del monolito, de la cuenta, del dinero... del acuerdo plenario. Así hasta que cerca del verano de 2013, la exalcaldesa, Noelia García, anunció que se recuperaban los fondos y reanudó las gestiones para honrar la figura de Carlos Francisco Lorenzo Navarro. Un año después, nada más se sabe. Lo único conocido es que son más de 6.000 euros los que existen para encargar el monumento.

Eso, y el deseo mayoritario de los vecinos de que se cumpla con el exalcalde. Y ya va siendo hora...