Acaba de publicar con el sello tinerfeño Neys Books "Magia amorosa para desesperadas y desesperados", una reedición transformada de un libro que escribió en 1990 ("Hechizos, filtros y conjuros eróticos") con la que la barcelonesa Emma Cohen (1946) corona su decimocuarta aventura literaria. "El placer de escribir supera en estos instantes mis otras inquietudes artísticas", precisa la actriz y escritora.

¿Qué le impulsó a entrar en un sello editorial como Neys Books?

Soy amiga de Daniel María y tenemos algunos proyectos conjuntos. Yo sabía que él estaba colaborando con esa editorial y fue él quien tanteó la opción de publicar con ese sello. Daniel se sabe de memoria toda mi bibliografía y la verdad es que no encontré un impedimento para no aceptar esta propuesta. A partir de ahí, nos lo empezamos a currar para cambiar un poco la historia. Juan Andrés Herrera y yo hemos mimado muchísimo esta publicación y, sinceramente, ha sido un placer acceder a Neys Books a través de esta novela.

De sus palabras se deduce que este es un proyecto en plural, ¿no?

Es que mi labor no terminó con la entrega del texto, sino que me permitieron colaborar en la configuración de este libro.

¿Han variado mucho las metodologías de las editoriales con respecto a las que usted conoció hace más de dos décadas y media?

Muchísimo... Entonces no existía el resurgimiento que se percibe hoy en torno a una edición que está bastante conectada con todo lo que es el libro electrónico. Ahora es más fácil impulsar un proyecto literario porque inicialmente no se necesita tanto dinero para editar, sino tener las ideas claras y saber lo que realmente quieres hacer.

Pero proyectos como, por ejemplo, los que lidera este sello editorial tinerfeño tienen un alto componente quimérico. Se lo digo porque no parece muy sencillo rentabilizar una buena historia.

La gente como Juan Andrés tiene ese tipo de impulsos. Igual hoy no es tan complicado arrancar, que no mantenerse, porque eso sí que es muy duro. Sobre todo, porque muchas veces sobreviene un cansancio que en ocasiones no nos permite cuantificar el recorrido que tendrán estas nuevas editoriales.

¿Los grandes grupos editoriales se pueden sentir amenazados por este tipo de impulsos?

No, los grandes grupos editoriales tienen mucho trabajo con sobrevivir a la encrucijada derivada de los libros electrónicos y con el asalto a los textos a través de internet a cambio de nada.

Hace unos días se pedía públicamente mano dura contra los piratas de la red y una ley más eficaz. ¿Es optimista de cara a la protección del trabajo de los creadores?

Me faltan datos para decir con cierta sabiduría qué es lo que se puede hacer contra los que se benefician del trabajo de otros a coste cero. En España hay un problema de base, o educacional, que impide valorar más a los creadores. Eso se podría corregir si en los estudios primarios se acentuara la idea de que la creatividad es un trabajo que hay que respetar.

Primero fue el cine, luego se perjudicó a la industria musical y en estos momentos los daños los sufre el sector editorial. ¿Esta espiral parece no tener fin?

El subidón al IVA cultural que le han dado estos chicos del PP, por ser algo agradables con ellos, ha matado al sector. El Gobierno actual no valora la creatividad.

¿Esa es una estocada mortal?

Hubo un amago por corregirlo hace tres o cuatro meses, pero el IVA sigue en el mismo punto. Solo hay que mirar el impuesto cultural que se paga en Francia, que creo que es del 4% o algo así, y cómo lo tenemos aquí. Partiendo de esa premisa es más sencillo explicar el renacer de su cine. Nosotros, en cambio, damos tres pelotazos y nos conformamos...

¿Esta es una cultura de despojos o de migajas?

Sí, da la sensación de que ahí está trabajando el subconsciente de un gobierno resentido. La derecha no perdona las críticas y el rechazo del mundo de la cultura... La herida de la Guerra de Irak, que le costó la presidencia a Aznar, continúa abierta y la cosa fue a peor con las reivindicaciones de los Premios Goya. Eso no es fácil de olvidar.

¿Esto es una pasada de factura?

De alguna forma sienten que el sector creativo no es receptivo hacia su manera de gobernar y perciben cierto rechazo por nuestra parte que les obliga a actuar del mismo modo. La derecha española nunca ha tenido mucha querencia hacia el mundo de la cultura; deben ser la derecha más inculta de Europa.

"Los creadores somos seres transparentes"

Cohen tiene claro que el rechazo de la gente de la cultura hacia el gobierno actual "es fruto de una reacción al no sentirte existido", precisa sobre esa falta de cariño que, según ella, ha convertido a los creadores en seres transparentes. Ganadora de dos TP de oro (1973 y 1988) y de un Premio del Círculo de Escritores Cinematográfico (1972), la que fuera esposa de Fernando Fernán Gómez admite que ella fue la que se "autoimpuso un aislamiento artístico para centrar mi vida en torno a la literatura, que es la que hoy me genera más alegrías... El placer de escribir supera en estos instantes mis otras inquietudes artísticas", puntualiza en un punto de la conversación en la que refrenda la idea de que "hoy no resulta tan sencillo hacer equipos".

Ese alejamiento de los escenarios y "sets" de rodaje no supuso una decisión traumática, puesto que "fue un proceso natural en el que fui agotando etapas tras vivir con intensidad mi etapa en el cine y el teatro", afirma una intérprete antes de dejar una última idea. "Ya soy una anciana a la que le satisface bastante más el ejercicio neuronal que el físico", concluye.