El español Esteve "Tito" Rabat (Kalex) supo sentenciar en el Gran Premio de Malasia de Moto2 un título mundial por el que se peleaba matemáticamente en los últimos grandes premios y en Sepang supo buscar y encontrar su oportunidad a la perfección desde el podio para celebrarlo como se merecía.

Mucho más complicado lo tuvo Alex Márquez (Estrella Galicia 0,0) al que quizás le fallaron algo las estrategias ante un rival como el australiano Jack Miller (KTM), que utilizó todas las armas a su alcance para evitar que el español se proclamase campeón del mundo.

Alex Márquez hizo un carrera seria y con inteligencia en la que en algunos momentos dio la impresión de tener controlada la situación, pero en realidad fue a la inversa ya que Miller empleó todas las armas a su alcance para evitar que el más pequeño de la "saga Márquez" se saliese con la suya antes de Valencia.

Y al hablar de todas las armas en realidad casi se podría decir que fue literal pues en cuanto Miller se daba cuenta de que Alex Márquez tomaba la iniciativa él saltaba como un resorte para neutralizar cualquier intento de su rival y si para ello era necesario llegar a tocarse, sin más lo hizo.

Esa fue una de las reclamaciones que puso el equipo de Alex Márquez ante dirección de carrera, que la desestimó, como también la que pusieron contra la "contundente" labor de equipo del británico Danny Kent (Husqvarna) en la última vuelta, en la que logró arrebatarle al español la cuarta plaza de la carrera.

Sin entrar en controversias, lo cierto es que en una carrera en la que un par de pilotos se juegan el título mundial, hay situaciones de riesgo que se deben manejar de la mejor manera posibles y Alex Márquez lo hizo sin arriesgar demasiado, incluso él lo reconoció tras la carrera, pero eso no quiere decir que los once puntos con los que todavía cuenta de ventaja para la carrera de la Comunidad Valenciana del próximo 9 de noviembre no puedan ser ventaja suficiente como para proclamarse campeón.

Quizás le faltó algo de ambición a Alex Márquez, como también le sobró agresividad a Jack Miller para conseguir sus objetivos, pero al final ninguno se fue al suelo y todo ha quedado pendiente para el último examen, en el que ambos aseguran que saldrán a por todas y lo cierto es que así será.

A "Tito" Rabat no le hizo falta asumir más riesgos que los estrictamente necesarios y lo hizo con maestría e inteligencia pues tras liderar la carrera durante varias vueltas vio que sus rivales de turno, Maverick Viñales por la victoria y Mika Kallio por el título, le apretaban y optó por lo más sensato..., vía libre a ambos y a esperar la bajada de bandera en tercera posición que le proclamó así campeón del mundo de Moto2. Un trabajo impecable durante todo el fin de semana.

Igual de bueno que el trabajo que realizó Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) para igualar un nuevo récord en su carrera deportiva, una vez asegurada la reválida de su título mundial.

Las doce victorias de Mick Doohan en 1997 se le habían resistido en los últimos grandes premios y el piloto de Repsol supo deshacerse con maestría de la presión, a pesar de perder posiciones en la apurada de final de recta frente a un buen número de rivales.

Márquez dosificó esfuerzos bajo un calor de justicia, gestionó el consumo de los neumático y su propio esfuerzo físico y cuando estuvo convencido asestó el golpe definitivo, primero a Jorge Lorenzo, que reconoció su cansancio, y después a todo un Valentino Rossi, quien una vez más demostró que los años, 35, no pasan por él.