Parece que la corrupción no acaba nunca. Todos los días se destapa un escándalo nuevo. Lo último, lo de la "red Púnica", es la gota que ha colmado un vaso, ya absolutamente rebosado. La clase política se ha convertido en una especie de revuelto maloliente, que salpica absolutamente a todo y a todos. Nuestra sociedad se ha engolfado muchísimo a todos los niveles en estos últimos años. Y no es solo un problema del PP, es una situación de golfería general. Políticos, empresarios, sindicalistas y demás han metido la mano en la lata del gofio, y claro, las trapisondas se acaban destapando, precisamente en un momento donde mucha gente lo sigue pasando mal. Y llega la indignación, y llega la vergüenza. Hacienda apretando a miles de españolitos de a pie, revisando con lupa su escuálida declaración, mandando cartas siniestras que hacen aflojar los pantalones al más chulo, y luego vemos a la golfería mandando dinero a Suiza, cobrando en cuentas paralelas, pactando comisiones a cambio de favores, y un sinfín interminable de choriceos varios. Para tirarse de los pelos. Y algo más, la indignación de la clase política actual ante los casos de corrupción es muy cínica. Todos sabían de las golfadas tapadas y consentidas en muchos casos. Indignación sí, la de los ciudadanos. Y con razón.

@sdnegrin