Nunca fue una buena idea volver a exigirles a los canarios el certificado de residencia para poder viajar con el descuento establecido tanto entre las Islas como en los desplazamientos a la Península. La argumentación que dio en su momento la ministra de Fomento fue la necesidad de evitar ciertos fraudes. Algo que se podía hacer de otra forma sin necesidad de que cada residente en el Archipiélago cargase con el consabido papelito.

Las protestas fueron muchas. Tal vez debido a ellas el asunto haya mejorado últimamente al adoptar las compañías marítimas y aéreas un registro telemático con los viajeros que tienen derecho al descuento por residentes. A partir del sábado, ese registro será obligatorio por lo que no será necesario, al menos en principio, portar el certificado salvo en determinados casos. A partir del 1 de noviembre los operadores de transporte deberán estar conectados a un sistema que permite comprobar en el momento de la compra del billete si el viajero está empadronado en Canarias, Baleares, Ceuta o Melilla. Si la comprobación es positiva, el viajero no estará obligado a mostrar el certificado de residencia en papel expedido por su ayuntamiento al embarcar. Sí deberán portar el certificado los menores de 14 de años que no tengan DNI, los residentes que se hayan empadronado recientemente en Canarias y aquellos viajeros que hayan introducido de forma errónea algún dato en el sistema telemático. El Ministerio de Fomento asegura que el sistema dispone de una solución ante posibles fallos técnicos, con la que se puede seguir dejando embarcar a los pasajeros residentes que hayan tenido una validación positiva previa en los seis meses anteriores. No obstante, la posibilidad de que se produzcan estos errores aconseja seguir transportando el certificado. Como decimos, no estamos ante las comodidades del sistema anterior pero tampoco padeceremos las incomodidades de la restauración de acarrear el dichoso certificado.

Coincide este asunto con la idea de favorecer también, de alguna forma, el desplazamiento de viajeros entre Canarias y África. En el Primer Foro Atlántico de Conectividad y Turismo celebrado recientemente en Tenerife, con participación de autoridades de Canarias, Marruecos, Senegal, Mauritania y Cabo Verde se puso de manifiesto la necesidad de mejorar las comunicaciones entre nuestras Islas y el vecino continente. Cada año hay cinco millones más de consumidores en África. Marruecos es un país en clara expansión económica con una clase media cada vez más numerosa. Compradores potenciales que podrían venir a las Islas si tuviesen más facilidades para ello. Además de los vuelos ya establecidos, todos desde Las Palmas salvo uno con Senegal que parte desde Tenerife, sería conveniente establecer cuanto antes una línea marítima de pasajeros. Las dedicadas al transporte de mercancías parten todas desde Las Palmas.

No solo nos interesa fomentar el turismo con África. Canarias también está en condiciones de ofrecer conocimientos a esos países en vías de desarrollo. Una posibilidad que no podemos desdeñar cuando arrastramos un duro lastre de 362.000 parados. Lo hemos repetido durante estos últimos días: en las circunstancias actuales tenemos que hacer cuanto sea posible por fomentar el empleo. Sin reducir la enorme tasa de paro no podemos salir del agujero en el que nos encontramos. Pese a todo, preferimos agarrarnos a las buenas noticias. Se prevé que la campaña de Navidad genere en Canarias 23.600 contratos, una cifra que se sitúa al mismo nivel que el año pasado, con un aumento del 0,4%, lo que supone un incremento de 100 contratos. No es mucho pero, como decimos, cualquier avance es bienvenido. El aumento de contrataciones en esas fechas será de un 3% en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, mientras que en Las Palmas se producirá un descenso del 3%.

Por otra parte, la población de nuestras Islas crecerá un 2,9% en los próximos 15 años -unas 60.807 personas más- en el caso de mantenerse la actual tendencia demográfica, según datos el Instituto Nacional de Estadística. En algunas comunidades autónomas se producirá un descenso de la población. No sabemos si es bueno para las Islas este aumento de la población, con la carga de más servicios y más necesidades de empleo que conlleva. No olvidemos que las limitaciones de un territorio insular son más importantes que las de uno continental.