No es la primera vez que asume el reto de escribir un libro, pero nunca lo había hecho en solitario. No obstante, José Antonio Castro Martín, teniente coronel del arma de Ingenieros en situación de reserva, admite que "un proyecto de esta dimensión no se puede materializar si no tienes amigos o conocidos que te facilitan acceder a los datos que se requieren para dar forma a un libro muy técnico. "Una obra como esta es imposible de ejecutar si no existe un buen conocimiento de la materia que se está tratando. Yo, por ejemplo, tendría muy complicado hacer un texto de medicina. Igual, con mucha voluntad y unas cuantas horas de lectura, podría hacer algo que se aproximara a la idea original pero perdería fluidez", comenta sobre el título que hoy, a partir de las 20:00 horas, se presenta en el Real Casino de Tenerife.

Un año y medio de trabajo volcó Castro Martín en el contenido de "Los ingenieros y el plan de obstrucciones. La defensa de Canarias durante la II Guerra Mundial" (Idea), un texto que hoy verá la luz de forma oficial en el transcurso de un acto en el que estarán presentes el general Emilio Abad Ripoll, autor del prólogo, y Pedro Bonoso González Pérez, doctor en Historia por la Universidad de La Laguna.

Castro Martín destaca de esta larga investigación el hecho de estar tratando con un material "sensible" que ha permanecido en secreto durante muchos años. "La mayoría de estos documentos se clasificaron en su momento como de alto secreto y, por lo tanto, hubo que esperar a que fueran liberados", puntualiza el autor de un manual de perfil técnico en el que no solo se habla de los planes de invasión de los británicos y canadienses, sino de todas las medidas que se tomaron en el Archipiélago en los años posteriores a la Guerra Civil. "Churchill contempló durante años la posibilidad de lanzar un ataque sobre Canarias y en el caso de los canadienses esa opción casi estuvo a punto de materializarse", avanza el ex alto mando sobre una estrategia de fortificación que -entre 1941 y 1943- posibilitó la construcción 393 búnkers. "En este libro no solo se especifica dónde estaban ubicados, sino que también se habla de las alambradas, la colocación de las minas y cuánto costaban", desvela un escritor que ya aportó sus conocimientos en los proyectos "Localización y estudio de las fortificaciones construidas en Gran Canaria durante la II Guerra Mundial" y "Aportaciones a la historia de la defensa de Tenerife en la Segunda Guerra Mundial". Y es que el protagonista del acto que se celebra esta tarde-noche en el Casino cree que después de estos tres trabajos, en los que compartió protagonismo con el profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Díaz Benítez, y el general Emilio Abad Ripoll, "esta parte de la historia militar de las Islas se encuentra acabada en un 80 o 90%", cuenta no sin precisar que uno de los aspectos que condicionaron el papel de España en esos años es su condición de país neutral.

"Salimos de la Guerra Civil bastante tocados y afrontar otro conflicto no era lo más recomendable, pero ser neutral en un desarrollo estratégico tan grande implica que te conviertes en un blanco para los dos bandos que están luchando", sintetiza sobre algunos de los contenidos que hoy saldrán a la luz en la presentación. "Mucha gente ve con cierta normalidad que cerca de sus casas exista un búnker, porque lo llevan viendo allí durante toda su vida, pero lo que no todos saben es la verdadera importancia de esas edificaciones", concluye el responsable de un texto que deja al descubierto un buen número de secretos.