EL 28 de octubre es una fecha señalada para Suso Santana. Un día como este, hace ocho años, el actual capitán del Tenerife jugó su primer partido oficial con el equipo blanquiazul. Seguramente, el futbolista no olvidará jamás el momento en el que, cerca de las siete de la tarde de aquel sábado, se cruzó con otro canterano, Juan Ramón, en la línea de banda, a la altura del banquillo.

El técnico local, Bernd Krauss, había empezado a buscar soluciones entre los futbolistas reserva con el fin de desatascar un duelo destinado al 0-0. Y eligió a tres jóvenes tinerfeños para intentar superar a un rival que tenía a José Luis Oltra como entrenador. Primero entró en el campo Ángel, que logró el único tanto -en el minuto 90-, luego lo hizo Suso, a falta de un cuarto de hora para el final, y, por último, pisó el césped Omar Ramos. "Me puse bastante nervioso, porque sabía que el momento de debutar estaba cerca", recuerda el extremo de Taco. "Pero cuando empecé a jugar, me tranquilicé".

De esta manera, Santana encontró el premio que llevaba meses persiguiendo, desde que se unió al Tenerife en la pretemporada procedente del Laguna. No entró en una convocatoria hasta la décima jornada, la de la visita al Ciudad de Murcia al Heliodoro. Ni siquiera fue elegido en la eliminatoria de la Copa del Rey con el Alavés. "Me costó bastante entrar en los planes del míster, pero sabía que tenía que trabajar para cambiar su opinión y, finalmente, lo conseguí", apunta Suso, que le regaló a su madre la camiseta de su debut.

A partir de ahí, intervino en veintidós partidos más, en las últimas semanas de Krauss como preparador del equipo y luego con Casuco y Toño como jefes. Así transcurrió su primera y única temporada como futbolista del Tenerife hasta que regresó al club en el verano de 2012 y consiguió convertirse en una de las piezas básicas del ascenso a Segunda y la consolidación en la categoría.