El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pidió ayer perdón en nombre de su partido por los cargos implicados en casos de corrupción, mientras la oposición le reclamó que comparezca en el Congreso para un pleno monográfico al que el PP se ha negado.

"Lamento profundamente la situación creada y, en nombre del Partido Popular, quiero pedir disculpas a todos los españoles por haber situado en puestos de los que no eran dignos a quienes en apariencia han abusado de ellos".

Con esta declaración, que hizo nada más empezar la sesión de control del Senado, se refirió el jefe del Ejecutivo al problema de la corrupción un día después de conocerse un nuevo escándalo, el de la operación Púnica, en el que están implicados varios populares a los que el partido ha suspendido de militancia, entre ellos el exnúmero dos del PP madrileño, Francisco Granados.

Aunque se hizo eco de esta cuestión en su primera aparición pública tras las detenciones, el jefe del Ejecutivo no comparecerá por el momento en el Congreso en un pleno monográfico sobre corrupción como ayer solicitaron el PSOE y la Izquierda Plural.

Según el portavoz del PP en la Cámara baja, Alfonso Alonso, su partido no piensa plegarse a la "estrategia" de los socialistas, y además, en su opinión, ahora es el momento de "legislar" y tomar medidas para atajar la corrupción.

Por eso los populares van a seguir adelante con las medidas de regeneración democrática, tanto los proyectos legislativos que se están tramitando como las medidas que ya negociaban con los socialistas, que ayer anunciaron que no habrá pacto en esta materia.

La interlocución que hubo entre el PP y el PSOE se tensó sobremanera en el Congreso cuando Alfonso Alonso, visiblemente enfadado, reprochó a los socialistas que "insulten" a los populares y pretendan hacer creer que el PP es el único partido con casos de corrupción.

El PSOE "es parte del problema", señaló Alonso, que recordó que también hay un socialista implicado en la operación Púnica -el alcalde de Parla-, pero sobre todo puso sobre la mesa el caso de los ERE andaluces o el de los fondos de formación.

Mientras, el portavoz socialista, Antonio Hernando, insistió en pedir la comparecencia de Rajoy en un pleno extraordinario la semana que viene, porque el presidente del Gobierno, ha dicho, "no puede ser ajeno y dar la espalda a la preocupación e indignación" que hay en la calle ante estos escándalos.

También la Izquierda Plural reclamó este pleno, y su portavoz, José Luis Centella, rechazó un pacto anticorrupción entre las fuerzas políticas hasta que el Congreso no se involucre en esta lacra y "se levanten las alfombras y se abran los cajones" en todos los partidos políticos.

"Es insostenible que España tenga un presidente del Gobierno que es presidente de un partido carcomido por la corrupción", manifestó, por su parte, Joan Coscubiela (ICV).

las claves

En el Senado Rajoy tuvo que escuchar gritos de "dimisión", procedentes de la bancada socialista, cuando compareció en la sesión de control en la que pidió disculpas. Las palabras del presidente fueron de alivio para los populares, según fuentes del partido, porque valoran que su líder haya salido a dar la cara en cuanto ha tenido la ocasión tras conocerse este nuevo escándalo, e incluso señalaron que las disculpas de Rajoy han "descolocado" a la oposición, que no se las esperaba. Dirigentes del PP insistieron en la indignación de los populares, un "cabreo" que, como admitió el portavoz en el Senado, José M. Barreiro, va junto de la preocupación por el daño electoral.