Miguel Lorente Acosta ha estado vinculado a la defensa de la igualdad de género y a la erradicación de la violencia machista desde 1988, y de forma institucional desde el año 2006, como director general de Asistencia Jurídica a Víctimas de Violencia de la Junta de Andalucía y como delegado del Gobierno para la Violencia de Género del Gobierno de España entre 2008 y 2011.

Experto en el estudio de la violencia interpersonal, entre sus trabajos ha publicado "Violencia contra la mujer: Maltrato, violación y acoso", "Mi marido me pega lo normal", "El rompecabezas: Anatomía del maltratador" y "Los nuevos hombres nuevos".

Actualmente, continúa su lucha por que este derecho humano sea una realidad desde su blog Autopsia y sus cuentas en los medios sociales. En esta entrevista para el Boletín del Centro de Insular de Información, Asesoramiento y Documentación de Género (CIIADG) del Cabildo de Tenerife, Lorente llama a "seguir desmontando los mitos de forma activa".

¿Es más machista la España actual que la de hace unos años?

La España actual no es más machista que la de hace unos años, pero si pusiéramos más interés en abordar la realidad, existiría menos machismo. Es cierto que cada vez se cuestionan más cosas que antes nos parecían normales. Por eso también tenemos que ser conscientes de que en el momento actual estamos aceptando unos elementos que se considerarán inadecuados en el futuro y que ahora los vemos normales. Hoy existe más conciencia de las desigualdades, de la injusticia y de que las limitaciones que se ponían a las mujeres, tildándolas de incapaces, de no poder asumir responsabilidades o de que no estaban preparadas, se han demostrado falsas. Hay que seguir desmontando falsos mitos y hacerlo de forma activa, no solo dejando que pase el tiempo. Hemos mejorado, pero de manera muy lenta y con ese cambio se están produciendo muchas resistencias, que intentan mantener y perpetuar los valores tradicionales del machismo.

¿Por qué el término feminismo sigue siendo hoy tan atacado y tan poco entendido?

Porque se desconoce lo que envuelve y lo que significa. Se ha vendido vinculado a un ataque al orden establecido y a los hombres como referencia de ese orden. Por eso se ha ido cuestionando sistemáticamente.

¿Cree en el trabajo de Hombres para la Igualdad? ¿Cómo se implicaría más a los hombres para combatir la violencia de género?

Sí, creo que es importante, aunque es necesario ver qué trabajo se realiza. La incorporación de los hombres a la defensa de la igualdad de género es fundamental y su trabajo es básico. Es necesario tomar conciencia de que la violencia de género no es un problema de una serie de hombres. De hecho, muchos de los que terminan asesinando a mujeres o maltratándolas se creían completamente normales. La única vía de implicar a los hombres y combatir el problema es cuestionar el modelo social y cultural que existe, que lleva a actuar así. Visibilizar que la igualdad de género es buena para hombres y para mujeres, de la misma manera que cuando se abole la esclavitud o el racismo estructural es bueno para la sociedad en su conjunto, no solo para los que la sufren. Para implicar a los hombres se debe introducir en la escuela, hacer todo un proceso de crítica a los modelos existentes y cambiarlos. Los hombres no son lo que son al margen de la sociedad en la que viven. Por tanto, hay que cambiar el modelo educativo, los valores familiares y el modelo social.

La violencia de género es una de las muestras más crueles y terribles del machismo, ¿por qué se produce y qué es necesario para erradicarla?

El modelo cultural vigente autoriza a los hombres a utilizar la violencia para corregir lo que ellos consideran que está mal. Los hombres se creen con la capacidad de imponer su criterio a las mujeres y cuando ellas no acceden las fuerzan a través de la violencia. Además, el avance social no se ha producido de forma simétrica entre hombres y mujeres. Estas han evolucionado más, mientras que los hombres aún se aferran al modelo patriarcal. Ante el desencuentro los hombres pretenden mantener la situación de siempre a través de la violencia. Si no hubiera violencia de género no habría machismo y si no hubiera machismo no habría violencia.

El 28 de diciembre se cumplen 10 años de la promulgación de ley contra la violencia de género ¿Cuáles son las sombras de esta ley y qué no se ha desarrollado?

Todo se puede mejorar, pero el debate que surge de que hay que cambiar la ley es más artificial que real. La ley en sí está sirviendo para avanzar en concienciación, protección y prevención. Las cosas están mejor de lo que estaban antes. Las sombras se encuentran en el desarrollo de la ley, en su aplicación, no es un problema de la ley en sí misma. Ejemplos claros de ello son la formación previa y la especialización de los profesionales que tratan con las víctimas (Policía, Medicina Forense, personal de los juzgados de violencia sobre la mujer...). Se hizo mucho al principio, pero no se ha mantenido. En general existe una falta de desarrollo en la atención a las víctimas, que también se ha ido desvistiendo paulatinamente, cuando debería ser al contrario, ya que actualmente existe más concienciación, y se denuncia violencia no tan explícita, como la psicológica. Esto debe acompañarse de medios capacitados para abordarlo.

¿Qué falla y por qué en la protección de las víctimas?

En primer lugar, porque se cuestiona la credibilidad de las víctimas que alertan de la amenaza que sufren, y porque no se entiende que la violencia de género tiene como objetivo el control de la mujer que la sufre. Por eso se trata de una situación continuada y mantenida de violencia, no solo de agresiones puntuales que se producen en ese contexto. Entender esa realidad implica identificar como factor de riesgo aquellas circunstancias en las que el agresor interprete que ha perdido el control de la víctima, algo que, por ejemplo, ocurre con la separación o cuando tras haberse separado este percibe que la mujer no vuelve con él.

La ley considera violencia de género la ejercida por una pareja o expareja de la víctima, en cambio, la Ley Canaria amplía este supuesto a cualquier tipo de violencia ejercida hacia las mujeres ¿No cree que es fundamental que aparezcan legislados otros tipos de violencia por todos los casos que se están haciendo ahora más visibles, como por ejemplo las violaciones?

En 2004 el legislador optó por centrarse en este tipo de violencia de género, quizás por empezar por la más frecuente. Yo soy partidario de ampliar los casos a todo tipo de violencia contra la mujer. Por supuesto, no es solo la que surge en la relación de pareja.

¿Por qué se producen casos como el conocido recientemente que otorga custodia o derecho de visitas a un padre que ha asesinado a la madre de sus hijos?

Se produce porque la ley lo permite y lo permite porque socialmente no se considera un mal padre a un maltratador. Si no existe esa crítica social no hay una ley que dé respuesta a este fenómeno. Aunque, en este aspecto, es cierto que actualmente está aumentando la crítica social a estos casos.

Desde el punto de vista legal ¿cree que están bien tratadas otras formas de violencia como el acoso sexual o el callejero?

No, está sancionado pero necesita una respuesta integral, que se aborde la prevención, la educación y la protección. No podemos pretender cambiar la realidad de la violencia abordando solo los casos que se producen y que llegan a las instituciones si no afrontamos una estrategia global.

Al margen de lo que señala la ley, ¿cuál sería el mapa de ruta para acabar con la violencia de género?

El mapa de ruta está bastante claro. Tiene dos ejes principales: la educación y la concienciación crítica. La primera es necesaria para introducir valores de igualdad que se sientan como propios, al igual que la libertad, la justicia, la dignidad. La igualdad debe estar en el mismo nivel que cualquier otro derecho humano. Por otra parte, con la concienciación crítica hay que rechazar ese tipo de realidades, elementos y argumentos machistas, cuestionar todas las expresiones de agresividad y machismo.

¿Cómo acabar con el machismo misógino, el que ataca cualquier forma de protección o defensa de la mujer?

Había que ser menos permisivo con esa llamada al odio a las mujeres y a las personas que defendemos el feminismo. Se sigue siendo muy condescendiente con ese tipo de violencia verbal. De la misma manera que cuando se hace apología del racismo se persigue y se inician acciones judiciales, también se debe perseguir la apología del machismo, ya que ambas van en contra de un derecho humano.