Ayer comenzó el juicio contra Martin John Leonard, un británico de más de 60 años, acusado de dos delitos de intento de asesinato y otro de lesiones. Todo sucedió en enero de 2012 en Malibú Park, en Costa Adeje, cuando supuestamente provocó una discusión sin motivo alguno y, después, fue a su apartamento, cogió dos cuchillos y se fue a atacar a un hombre con el que previamente había discrepado. Ayer, el procesado no recordaba sus agresiones con un cuchillo de cocina y un jamonero. Únicamente, se acordó de que discutió en un baño del bar donde se produjo el suceso y después se despertó en su piso con los ojos morados y un dolor fuerte en los riñones.

El agresor fue presentado a un matrimonio (dos de las víctimas), que tenían un bar en Puerto Colón y que estaban de descanso esa jornada. Martin John Leonard, tras haber consumido más de 10 cervezas, se empeñó en decirle al matrimonio Stewart, especialmente al varón, que su local de Puerto Colón "era una basura" y que no sacaría dinero si no vendía droga. El hombre le pidió que lo dejara tranquilo y se fue al baño. El acusado lo siguió, ambos volvieron a discutir en ese lugar y, según varios testigos, Leonard agredió a Andy Stewart.

Tras separarlos, el procesado se fue a su apartamento y cogió los dos cuchillos. Al regresar al local, cerca de la puerta estaba Andy, que, al girarse, recibió un golpe en la frente y después otra herida en la parte superior de la espalda. En su auxilio acudió su esposa, Wendy, a la que el acusado seccionó casi completamente la oreja izquierda y estuvo a punto de recibir un corte en el cuello, si no llega a ser por una amiga, que la apartó, a costa de sufrir cortes en sus manos. De hecho, tuvo una lesión en el tendón del dedo índice de la mano derecha y no puede cerrarlo completamente.

La estrategia de la defensa se basó en que el procesado sufrió un trastorno psicológico, motivado por la mezcla de elevadas cantidades de alcohol con dos medicamentos que tomaba entonces, un ansiolítico y un opiáceo.

Sin embargo, las especialistas forenses que intervinieron ayer rechazaron tal posibilidad, ya que Martin Leonard estaba acostumbrado a beber grandes cantidades de alcohol mezcladas con dichos fármacos sin que hubiera sucedido nada. Según las citadas profesionales, el propio acusado confesó a un médico que podía beber en muchas noches "dos o tres litros de alcohol". A las citadas forenses también les parece sospechosa la "amnesia" sufrida por Leonard sobre el momento concreto en que ocurrió su ataque, mientras se acuerda de otros episodios de ese día con claridad. Pero, aunque posteriormente no se acuerde del ataque violento, eso no significa que en el instante de la agresión tuviera sus capacidades de conocimiento y voluntad alteradas, en opinión de las forenses. Tras la brutal agresión con armas blancas, otro compatriota británico dio varios golpes en la cara y el pecho a Leonard y lo obligó a que soltara los cuchillos. Curiosamente, tras el altercado, un conserje acompañó al hoy acusado hasta su apartamento, al que llegó por su propio pie, hablando alto y tras abrir él mismo la puerta. Sin embargo, no se encontraba en dicho lugar cuando los agentes acudieron a detenerlo y lo encontraron poco después en el referido complejo.