Entró en el mundo de la música casi por accidente, mientras preparaba unas oposiciones a maestra que no se plantea volver a repetir: "Espero no tener que coger la tiza nunca; eso significaría que no me va mal en la música", asegura la andaluza Vanesa Martín (1980) camino de Santiago de Compostela, una plaza ya agotada en la agenda que hoy, a las 21:00 horas, le trae al teatro Leal de La Laguna. "Que se hayan vendido todas las entradas es una razón de peso para volver en un futuro al Leal", dice sobre el aforo completo que se va a encontrar en el primer concierto que ofrecerá en Aguere.

Da la impresión de que con "Crónica de un baile" está viviendo su mejor momento como artista.

No sé si este es mi momento, porque lo cierto es que mi carrera ha ido en progresión, pero sí que percibo un ciclo muy dulce en el que las cosas me van con viento a favor. Al margen de que yo pueda estar más arriba o abajo, lo que quiero es que mis canciones se escuchen y el público las haga suyas.

¿En cualquier caso, sí que da la sensación de que este disco tiene unas texturas diferentes a los anteriores?

"Sin saber por qué" ha sido una buena elección como sencillo porque, de repente, abrió mucho el abanico del público que viene a mis conciertos. Donde más se nota que hay gente de 12 y 13 años que se ha subido al barco de Vanesa Martín es en las firmas de discos. Este es un proyecto que ha madurado bien en el que hemos un equilibrio entre lo británico y lo mediterráneo.

¿Usted, que ya le tocó en 2010 recoger en Tenerife un Premio Dial por su música, espera seguir ganando con su última apuesta con Warner Music?

Los premios u otros reconocimientos son importantes, pero en mi cabeza únicamente está la idea de continuar evolucionando como artista; que el público desconecte durante las dos horas que pasa en uno de mis espectáculos y tener una carrera larga.

¿Tratar de tener una carrera larga le obsesiona?

Yo estudié magisterio por la rama de Música tras finalizar Pedagogía, pero cuando me tuve que preparar para entrar a dar clases preferí apostar por mi gran pasión, que ha sido siempre la música. Yo no estoy aquí por una moda o porque a alguien le dio por mí y me colocó... Mi deseo es tener una carrera muy larga.

¿Entonces no se plantea tener que coger una tiza, aunque ahora lo llamen lápiz electrónico?

Eso es algo que no me planteo. Espero no tener que coger la tiza nunca; eso significaría que no me va mal en la música. Las oposiciones están un poco, o un mucho, olvidadas (ríe)... Lo que me mueva cada mañana al levantarme es la música pero, por si acaso, la podemos dejar aparcada un ratito no vaya a ser que le tenga que retomar.

¿Esas dudas están vinculadas con la inestabilidad de la industria del disco y con la falta de una ley antipiratería más contundente?

Por suerte hay plataformas como "Spotify", que pagando un mínimo puedes bajarte una canción sin tener que recurrir a unos recursos ilegales. Aunque tampoco entiendo por qué los llaman así si nadie hace nada para evitar esos expolios. Una canción no solo es capaz de cambiar el ánimo de las personas, sino que también es cultura.

Cuando habla de cultura supongo que no elude el mal momento que vive esta actividad en España, ¿no?

Llevamos ya varios años hablando de una crisis que no termina de irse. Eso no es algo nuevo. Cada vez que meten tijeras y hay recortes la cultura acaba sufriendo unos daños que luego nadie repara. Los artistas contamos poco; los políticos nos ningunean como les da la gana en función de sus intereses. ¡Llegó el día de plantarnos! No es positivo alargar más esta situación.

¿Le molesta que en el último trimestre de 2014 haya gente que aún vea a los cantautores como gente rara?

Yo lo que hago es cantar los temas que escribo y eso es ser un cantautor, ¿no? Lo que sí puede ocurrir es que el cantautor de ahora tiene otra manera de expresarse, pero ese cambio no solo afecta a los músicos.

¿Pero no echa en falta canciones que tengan un calado social más profundo?

La Vanesa Martín artista no sale a un escenario con una espada a luchar por unos derechos que como mujer sí que defiendo... Mi mejor contribución es escribir canciones que expresen unos sentimientos que están presentes en el día a día de todos nosotros, es decir, que hay canciones que parecen que no tienen mensaje y sí que ocultan elementos de denuncia social.

De vuelta a la colección de canciones que hoy le trae a La Laguna, ¿esta es la aventura más personal de todas las que se ha embarcado desde 2006?

Es la más personal, pero también la más abierta en cuanto a la gran cantidad de melodías que he usado para dar con un producto algo más universal en el que me propuse contar cosas complejas de la manera más sencilla posible. Soy muy crítica con mi trabajo; no me agrada dejar cabos sin atar en mis letras.

¿Le atrae incorporar una plaza nueva, como es la del Leal, a su cada vez más amplia trayectoria artística?

Que a falta de unos días ya se hayan vendido todas las entradas es una razón de peso para volver en el futuro al Leal. Me ha sorprendido la respuesta de la gente. Además, soy una mujer que se deja llevar por las energías que percibo a mi alrededor y esta es una señal muy positiva de cara al concierto de mañana. Tengo otras referencias del público tinerfeño y sé que sabe valorar el trabajo de los artistas; que lo premian cuando sienten que se crea esa conexión entre el cantante y los espectadores.

¿Hallar un teatro repleto con la que está cayendo es como una bendición?

Sí que lo es, pero es que no queda otra que trabajar, trabajar y trabajar. Si eres fiel al estilo en el que crees e intentas dar el máximo de ti en los conciertos la recompensa será positiva.