Los desprendimientos son un problema recurrente e inevitable en el Macizo de Anaga por su configuración geológica. Hasta tal extremo es así que los "puntos negros" figuran en un mapa de riesgos elaborado por la Universidad de La Laguna y en Plan de Emergencias Municipal de Santa Cruz (PEMU).

La situación se agrava cuando hay lluvias fuertes e intensas, pero puede ocurrir en cualquier época del año, según explica José Santana, agente forestal de Santa Cruz.

Julia Ramos Felipe vive en la entrada de Las Carboneras, en La Laguna. Su espada de Damocles está justo detrás de su casa, en el risco de La Foguerita. El 1 de febrero de 2010, las piedras y el lodo destruyeron una cocina, entraron por la parte trasera de su salón y salieron por la delantera. La única entrada y salida al caserío quedó bloqueada entonces. La implicación de los vecinos y la participación de la máquina de un conocido permitió solventar la situación. Pero el peligro sigue ahí. Ramos ha insistido al área de Medio Ambiente del Cabildo que adopten medidas de protección para evitar una tragedia. Y algunas autoridades insulares han pasado por allí, pero su respuesta es que no hay dinero para hacer obras de contención.

Teodoro Martín Ravelo es presidente de la asociación de vecinos de Taborno (Santa Cruz). El único acceso y salida de ese caserío sufrió el último bloqueo por desprendimientos el pasado jueves.

Tanto Martín como otro vecino explican que estos problemas en las vías se resuelven con rapidez, gracias a la intervención de los operarios de la empresa de conservación de las vías en Anaga. Generalmente, en pocas horas se recupera la comunicación por coche o guagua con Santa Cruz o La Laguna. El portavoz vecinal apunta que, en ese aspecto, "no nos podemos quejar", frente a otros asuntos no resueltos por parte del Ayuntamiento de la capital.

Algunos de los puntos negros están entre el kilómetro 20 y 21 de la carretera El Bailadero-Las Mercedes (TF-12); pasando el túnel de acceso a Taganana, donde hay incidencias todos los años cuando llueve; en la vía hacia Chamorga (TF-123) a la altura del kilómetro 2, por ejemplo, según el agente forestal José Santana. Y por eso hacen falta obras para evitar cortes de las vías, como en el acceso a Afur, donde estos días se hacen trabajos para contener futuros desprendimientos con la colocación de mallas reforzadas. Las causas de estos fenómenos son varias: los cortes verticales para pasar las carreteras, las lluvias, los cambios bruscos de temperaturas, el hielo o las raíces que ejercen de cuñas en las grietas, e, incluso, los fuertes vientos. El peligro es constante.