El arquitecto suizo Peter Zumthor (Basilea, 1943) construyó el spa y las termas de Vals (Suiza) entre 1993 y1996, incorporándolas a un hotel ya existente en la zona desde 1970 dando forma a un admirable e insólito espacio que sigue siendo hoy tan contemporáneo en 2014.

Estos baños termales en Vals son, probablemente la obra maestra de Peter Zumthor, un lugar de mágica iluminación donde se veneran la sombra y la luz. Para que podamos imaginar la importancia de esta obra resaltemos el hecho de que solo dos años después de su finalización las Termas de Vals fueron catalogadas como un edificio protegido (esto como lección para los que piensan que solo se pueden proteger edificios que hayan sorteado varias generaciones, pues no, hay obras que son históricas desde el mismo momento en que nacen, como es este caso que nos ocupa).

Las termas de Vals son un ejemplo magistral de arquitectura en estado puro enclavado en un valle rodeado de bosques de pinos y aire limpísimo. Un espacio mágico y primordial que expresa, antes que nada, un profundo respeto por la primacía del lugar, el legado de la cultura local y las lecciones inestimables de la historia arquitectónica (segunda lección de hoy).

Construido sobre las únicas fuentes termales existentes en el Cantón de los Grisones (el más grande y oriental de los cantones), en Suiza, el Therme Vals es un hotel y spa que invita a una experiencia sensorial completa: una verde pendiente nace en el hotel y sirve de techo a los nuevos baños, invisibles a simple vista, una pradera de hierba que ofrece, al final, una piscina a los huéspedes creando una atmósfera de parque con plantaciones naturales.

La fascinación de Zumthor por los juegos de la sombra y de la luz, por las cualidades místicas de un mundo de piedra en la montaña, lleno de reflejos de luz en el agua que centellea o en el envolvente vapor saturado del aire; el placer en una acústica única del agua que burbujea en un mundo de piedra, la sensación de las piedras calientes junto a la piel desnuda, el propio ritual tan ancestral del baño, todo ello está en las termas de Vals, halagando y entendiendo el cuerpo humano y jugando con él.

La idea de Zumthor era crear una forma de cueva y a la vez la estructura de una cantera de piedra excavada en la roca que luego se esculpía creando en el entorno natural las salas de baño medio enterradas en la ladera bajo una estructura de techo de hierba y naturaleza. Como dice el propio Peter Zumthor es esa mezcla tan antigua, atávica, de "Montaña, piedra, agua - la construcción en la piedra, construir con la piedra..."

Un espacio diseñado para el disfrute total de los visitantes, para descansar y redescubrir los antiguos beneficios del baño como ritual y no como carrera contrarreloj. Para dejarse llevar por las combinaciones de luces y sombras, de espacios abiertos y cerrados, por la pureza de la arquitectura, y disfrutar de una experiencia muy sensual.

Un lugar por el que simplemente moverse significa descubrir, sentir, comprender, percibirnos como si estuviéramos nadando en medio de un bosque habitado mientras buscáramos nuestro propio camino interior sin miedos.

Vals es el último lugar en el valle, más adelante sólo hay montañas y cielo. Un lugar en la naturaleza lleno de sobriedad y simplicidad zen donde Peter Zumthor ha sabido integrar un edificio sin que apenas se note. El hotel existente también ha sentido su mano, con la rehabilitación de unas pocas habitaciones muy bellas en las que se ha eliminado todo lo superfluo, sin televisión, pero sí música de Miles Davis, Brahms, Mozart, Keith Jarret y Bach, acordes con el entorno natural y que ayudan a desconectar del mundanal ruido y enlazan la vida con la esencia del valle, sin ruidos, ni fiestas, ni ruidosos veraneantes. Un trabajo que es considerado de forma unánime como una obra de arte. Una lección de la mejor arquitectura. Gracias maestro.