Bodegas Insulares de Tenerife, SA. (Bitsa) tendrá un nuevo Consejo de Administración a partir del próximo mes. Para ello, a mediados de diciembre se celebrará la segunda Junta General Extraordinaria de esta empresa que tiene en el Cabildo a su accionista principal. En la composición del órgano de gestión de esta sociedad tendrán, a partir de entonces, más protagonismo los viticultores, según anunció ayer a los propietarios el presidente de la entidad, José Joaquín Bethencourt.

Él mismo presidió anoche su última Junta General, después de que anteayer se hiciera público su relevo como consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca para pasar a ser el responsable del área de Aguas. A partir del mes próximo, una vez que el Pleno del Cabildo tome conocimiento, será sustituido en la Presidencia de Bitsa por quien asume la consejería insular del sector primario, Jesús Morales.

La renovación del Consejo de Administración forma parte de la estrategia del Cabildo y se entiende una consecuencia de la puesta a disposición de sus cargos por parte de todos los miembros del Consejo actual, "como muestra de transparencia y compromiso con este proyecto social, tal y como se habían comprometido en la última reunión de la entidad", según informaron a través de un comunicado oficial.

La Junta General Extraordinaria celebrada ayer abordó la situación en la que se encuentra el sector tras la polémica suscitada por la compra de unos 100.000 litros de vino a granel en la Península por parte de Bitsa.

Al respecto, Bethencourt expuso un informe en el que reiteró toda la argumentación ya esgrimida en otros foros. El presidente, aún, de Bitsa se pronunció en contra de tal medida, incidió en que no estaba autorizada, expuso que sirvió para mejorar, a través de mezcla, el vino que había en la bodega de Guía de Isora, habló de que fue vendido al sector hotelero del "todo incluido" y reiteró que la situación ha hecho mucho daño al sector, pero más por la polémica suscitada que por la compra de vino peninsular. Todo ello, con el exconsejero delegado presente, al que responsabilizó de esa compra.

A la Junta General acudió una gran cantidad de viticultores, afluencia que motivó la demora en el inicio de la reunión.

las claves

La compra de vino a granel en la Península por parte de la empresa Bitsa se "cobra" la dimisión de su consejero delegado, el relevo de su presidente y la renovación del Consejo.

No fue necesario que la Junta General votara ayer la puesta a disposición de sus cargos que realizaron todos los miembros del actual Consejo de Administración.

El sector advierte de que sigue el problema

La preocupación que transmite el sector permite vaticinar que "habrá movimientos" en breve ante "el resultado de la asamblea", de la que los críticos con la presencia del Cabildo en la actividad vitivinícola dicen que "tampoco resuelve nada". Además de señalar que "la cabeza de José Joaquín Bethencourt como trofeo no nos sirve", dejaron claro que lo sucedido con la compra de vino a granel peninsular por Bitsa "se resolverá en Europa!".

Anoche, Bethencourt hizo suyas las palabras del presidente del Cabildo, Carlos Alonso, en el sentido de que "la Administración insular solo se planteará reducir su participación en el accionariado de Bodegas Insulares de Tenerife cuando el sector esté lo suficientemente maduro e inmerso en un proceso de mayor integración". Al respecto, los críticos se cuestionan "a qué madurez se refiere cuando el Cabildo, con tantos años en el sector, gestiona una empresa que tiene millón y medio de deuda en seis años".

Bodegas Insulares de Tenerife, creada en 1992, cuenta con 936 socios viticultores representados en el Consejo de Administración. En los últimos tres ejercicios, la empresa compró uva a viticultores de distintas comarcas de Tenerife por valor de 3,8 millones de euros. Bitsa "es la bodega más premiada de Canarias y lidera el sector vitivinícola del Archipiélago. La empresa cuenta con 23 trabajadores y compra uva a 400 viticultores al año.