Juan José Ballesta (Parla, Madrid, 1987), conocido por sus papeles en series de televisión como "Hispania" o "Querido maestro", o en películas como "El Bola" (2000), "El embrujo de Sanghai", "7 vírgenes" y "Entrelobos", ha sido este año el invitado de honor del IX Festival de Cortos Villa de La Orotava, que se clausuró ayer con la entrega de galardones a los ganadores del certamen, cuya lista la dio a conocer él.

Este precoz actor, que se estrenó en el mundo de la pantalla a los ocho años en un anuncio, y ganó un Goya como Mejor Actor Revelación en el año 2000 por su papel en "El Bola", es un manojo de simpatía y da la impresión de que también de nervios. Ama a su público, al que trata de hacer feliz, pero no le gusta mucho la fama porque prefiere pasar desapercibido en la calle. Adelantó a este periódico que el próximo año participará en el rodaje de una película, posiblemente en Fuerteventura.

Este inquieto hombre de escena, que siempre intenta encarnar lo mejor posible a los personajes que le proponen, confesó que "me atraen los papeles difíciles, los papeles complejos, en los que tenga que poner toda la carne en el asador. Los papeles que no me atraen son los clásicos, cuando haces de malo, de delincuente o algo así, porque ser malo es fácil. Lo difícil es currarse un buen papel. Me molaría hacer el papel de un autista, porque a ver cómo haces para expresarte sin saber hacerlo. Sería un buen papel y un buen reto para mí".

Con trece años protagonizó su primera película "El Bola" (2000), con Achero Mañas, con la que obtuvo el Goya al Mejor Actor Revelación, al igual que el Premio de la Unión de Actores. Interpretó el papel de un chaval de barrio que le hizo saltar a la fama, aunque también le encorsetó de alguna forma profesionalmente durante algunos años.

"Tengo que agradecer a El Bola el dedicarme a esto, aunque ya está caducado. Hace ya mucho años que hice aquel papel, pero siempre estará ahí. Es el que me dio a conocer y gracias a esa película estoy aquí y he podido seguir con mi trayectoria".

Aquel brincó a la fama le abrió las puertas de otros proyectos, tanto en televisión como en el cine, como su papel de Pablo en la exitosa serie de televisión "Hispania" (2010-2012), donde hizo de bonachón para los suyos y un peligroso contendiente para los invasores romanos, que secuestraron a su amada Nerea, su futura mujer en la pantalla.

Recuerda con mucho cariño aquella época. "Fue buenísima. Maté al campamento romano como ocho veces y si revivían los volvía a matar. Me lo pasé superbien haciendo Hispania. Todos los actores que estábamos éramos como hermanos, como una familia y era un disfrute pleno, tanto con los caballos como con la espada. Me quedé encantado", aunque reconoció que en algunas escenas había dobles. "En escenas complicadas, como cuando te tenías que meter entre rastrojos y cosas así, lo típico, pues ponían un doble para que no te dañaras la cara, o cuando luchabas con la espada de carbono". De hecho, en una escena, cuando luchaba contra un romano, al que derribó al suelo, fue a "matarlo" con tanto ímpetu que se dio un golpe en el ojo izquierdo, que le quedó "a la virulé".

Son muchas las experiencias y anécdotas que ha vivido en su carrera como actor en televisión y en el cine, aunque ahora se ha estrenado en el teatro con "El nombre de la Rosa", junto a Karra Elejalde. Él aseguró que "las dos experiencias, en televisión y en el cine, son positivas, pero bajo mi punto de vista y disfrute me gusta más el cine por la razón de que te conocen menos. La televisión es un medio que te da mucha popularidad, tanta que a veces no puedes ni salir a la calle, en cambio en el cine pasas más desapercibido. Es otra vena. Me gusta pasar desapercibido, aunque estoy a favor de mi público y de la gente de la calle porque gracias a ellos como, de los que ven mis películas y mis series".

Ballesta, que nunca hasta ahora había estado en Tenerife, solo en Lanzarote, "aquellos es muy volcánico y esto muy verde, es como un paraíso. Mola mucho", recuerda una época en la que tiró la toalla y dejó la escena. "Me quemé porque me vinieron tres películas seguidas, tenía que hacer promociones y no podía ni salir a la calle. Mucha fama y popularidad y ya te digo, son un tío muy normal y se me vino todo encima. Me puse a trabajar con mi viejo en la obra o donde hiciera falta. Era muy joven todavía, estaba más verdecito, iba más a estar con mis amigos. Se me vino todo un poco grande, luego lo volví a coger con más fuerza".

Por último, tras mostrar (ayer) su interés por ver los cortos del festival, "estoy deseando ver lo que se cuece y apoyar a los cortometrajistas, a los nuevos realizadores", adelantó que el año que viene espera rodar, posiblemente en Fuerteventura, una película con Sigfrid Monleón. "No puedo adelantar mucho, porque están cambiando algunas cosas, pero se sitúa en la época de Franco y la ley de Vagos y Maleantes, cuando metió a un montón de gente en la cárcel. Hago de un personaje al que meten en prisión, pero tengo que decirte que no tiene nada que ver con la delincuencia, ni con nada malo, ni agresivo. Es un papel que me abre otra faceta completamente distinta. Lo haré lo mejor posible".