Mañana lunes comenzará el juicio contra Ramón Armas de León, un ciudadano natural de Guía de Isora que en junio del año 2010 presuntamente mató a su exsuegra de un golpe en la cabeza con un palo. El procesado será juzgado por los delitos de asesinato, delito continuado de amenazas graves, delito continuado de quebrantamiento de condena, así como resistencia grave a los agentes de seguridad.

La representante del Ministerio Fiscal, Francisca Sánchez, solicita para el acusado un total de 24 años de prisión, de los que 20 son por la muerte violenta de la madre de su expareja.

Tras un episodio de malos tratos, a finales de abril del año 2010 se estableció una serie de medidas cautelares que el procesado vulneró en diversas ocasiones. Un ejemplo fue que, desde el 27 de abril y el 19 de junio de ese año, envió 446 mensajes de telefonía a su expareja para pedirle retomar la relación, o bien para que lo dejara quedarse en un habitáculo en su garaje.

Pero no obtuvo respuesta de su exmujer, con la que tenía dos hijos.

Según la fiscal, Armas sabía que su mujer salía cada día a las 5:00 horas a trabajar al Sur de Tenerife. Y, por ese motivo, a las 4:30 horas del 20 de junio se acercó a la casa de su expareja y rompió con un palo una ventana de un garaje de una vivienda próxima.

Después, el procesado comenzó una sucesión de destrozos en varias dependencias de la mencionada vivienda.

El hoy acusado dañó puertas, ventanas, muebles, un televisor y dos vehículos, entre otras cosas.

Luego, Armas de León se dirigió al dormitorio de su exesposa, pero no halló ni a esta ni a su hijo menor. Y volvió a romper más muebles y revolvió la ropa de la citada mujer.

Pero sí halló a su exsuegra, que estaba durmiendo en su domicilio. Dicha persona tenía problemas de oído, estaba incapacitada y se desplazaba en silla de ruedas.

Con un palo de 68 centímetros, el procesado presuntamente le propinó un único golpe en la cabeza que le provocó la muerte inmediata.

Luego, el individuo siguió atacando la propiedad, provocó daños en un Volkswagen que utilizaba su hija.

Con algunos golpes se despertó la pareja de su hija, que subió a la azotea. Al detectar la presencia del padre de su novia, el joven acudió al interior de la vivienda y después consiguió huir con su pareja y el hermano de esta hasta la vivienda de unos vecinos que está en las proximidades. En aquel momento, dichos jóvenes pensaban que el acusado no se atrevería a atacar a su exsuegra, puesto que hasta ese momento solamente había amenazado a su expareja y su hija.

Desde ese lugar seguro, el joven avisó a la Guardia Civil. Primero llegó una patrulla, que requirió refuerzos. Y, cuando en el lugar ya estaban nueve agentes, comenzó el rastreo de la vivienda donde se había escondido el individuo. Al final, un guardia lo halló escondido tras una puerta y casi recibe un golpe con un palo.

Supuestamente, el acusado no era adicto, pero ese día consumió cocaína de forma intencionada y, junto a la descompensación psíquica que tenía por la ansiedad, pudo presentar una afectación de sus capacidades de conocimiento y voluntad, según consta en el escrito de la fiscal. El acusado estuvo en prisión desde ese momento hasta el pasado 20 de junio de 2014.

Su exesposa y sus hijos requirieron tratamiento psicológico después de la tragedia.