Unidad Editorial ha asegurado hoy que el exdirector de el periódico El Mundo, Pedro J. Ramírez, puede expresar "libremente sus opiniones" siempre que esto no suponga "competir con su antiguo empleador", ya que asumió una obligación de "no competencia" con la empresa editora.

El periodista anunció ayer que ha solicitado en los juzgados medidas urgentes para poder seguir escribiendo en ese rotativo o para hacerlo en otro medio de comunicación, de modo que "por primera vez en democracia" un juez tendrá que resolver si un periodista puede tener prohibido el ejercicio de su profesión o ser censurado.

La compañía niega esta presunta vulneración de su derecho a la libertad de expresión, en una nota informativa, y aclara que la relación laboral que unía a Pedro J. Ramírez con Unidad Editorial fue extinguida en enero de mutuo acuerdo.

"Ante los graves, reiterados e insubsanables incumplimientos" por parte del periodista de los "deberes de lealtad y confidencialidad asumidos en el acuerdo suscrito", prosigue Unidad Editorial, se le comunicó formalmente el 7 de noviembre la finalización de su colaboración semanal con El Mundo.

Antes, precisa, de que "éste enviase su última ''carta'' a la dirección del diario", que no se publicó, por lo que la editorial aclara que "no tiene fundamento" relacionar esta decisión con ningún tipo de censura.

"Fue la terminación de la relación de colaboración, comunicada en tiempo y forma, y no el contenido de la carta de Pedro J. Ramírez, lo que explica su no publicación", añade.

Unidad Editorial manifiesta que no pretende limitar "en absoluto" la libertad de expresión de Pedro J. Ramírez, sino aplicar su contrato laboral y los acuerdos que él firmó "libremente", y que regulan los términos de su relación con la empresa editora tras su salida de dirección.

En estos contratos, Pedro J. Ramírez asumió una "obligación de no competencia" con Unidad Editorial, por la que fue "debidamente remunerado" durante la vigencia de su contrato laboral.

"El cumplimiento de esta obligación de no competencia no supone ninguna limitación a su libertad de expresión sino, simplemente, cumplir los contratos, que son ley entre las partes. Pedro J. Ramírez podrá expresar libremente sus opiniones en las formas y maneras que tenga por oportuno, siempre que no supongan competir con su antiguo empleador", concluye.

Una obligación que no está "en absoluto" vinculada a las colaboraciones en su artículo semanal en El Mundo bajo el título "Cartas de un arponero ingenuo" y la revista "La Aventura de la Historia", ya que eran remuneradas de forma independiente.

Por último, Unidad Editorial manifiesta su "malestar" por una polémica que nunca ha pretendido alimentar con Pedro J. Ramírez, fundador y uno de los "principales artífices de los grandes éxitos" de El Mundo a lo largo de los más de 24 años que permaneció al frente de la dirección del periódico.