Guillermo Solana, doctor en Filosofía y director artístico del Museo Thyssen Bornemisza de Madrid, inauguró ayer el encuentro "Arte y pensamiento" en la Fundación Cristino de Vera de La Laguna con una conferencia sobre "Cézanne site/non site", título tomado del teórico Robert Smithson, en torno a una exposición retrospectiva celebrada en dicha pinacoteca madrileña dedicada al maestro francés, en la que él fue el comisario.

Este profesor de Estética en la Universidad Autónoma de Madrid incidió en la dialéctica existente entre la pintura al aire libre y en el estudio y su relación entre los géneros de la naturaleza y el paisaje en la obra del artista galo, una de las muestras más completas y con más obra inédita vista en España sobre el considerado padre de la pintura moderna. También se refirió al material que no se pudo incluir en la citada exposición por los préstamos que no llegaron, en definitiva, el proyecto completo tal como le hubiera gustado hacerlo.

El Museo Thyssen-Bornemisza, que forma el triángulo de los museos de Madrid junto al Prado y el Reina Sofía, es una pinacoteca que se quedó en España gracias a la baronesa Carmen Cervera. Sus colecciones están integradas por más de setecientas obras que van desde el gótico hasta el pop art y los años 80.

Desde el punto de vista del director artístico de este centro, gestionado por una fundación bajo control público, "el Thyseen cumple un papel muy importante porque complementa al Prado y al Reina Sofía en cosas que no tienen en sus colecciones. Por ejemplo, el arte holandés está poco representado en el Prado, o incluso el realismo decimonómico europeo. Respecto al Reina Sofía, hay muchas cosas, desde el expresionismo alemán hasta el constructivismo ruso, como la pintura abstracta europea, o los expresionistas americanos, que no están muy bien representados. Luego en este sentido, el Thyssen complementa".

Para este especialista en arte, "en conjunto el Thyssen es un tipo de museo de un perfil americano, muy enciclopédico. El Reina Sofía está muy especializado en lo moderno y lo contemporáneo, pero también el Prado es relativamente especializado, porque las colecciones reflejan los gustos de los monarcas españoles, que tenían unas preferencias muy concretas, la línea de la pintura veneciana, la flamenca del siglo XV y XVI y la española".

En este sentido, matizó que el Thyssen "es enciclopédico porque tiene un poco de todo. No tiene conjuntos comparables a los del Prado, pero en cambio va cubriendo bastante bien los diferentes momentos históricos desde el primer renacimiento italiano hasta el pop art, e incluso más allá. Hay 700 años de historia de la pintura europea y americana".

Solana consideró que el papel de los museos de arte ha variado con el tiempo, además de estar sometido a tensiones. Por un lado, "está el papel científico y académico de los museos, y por otro, para un amplio público. Esta tensión entre lo científico y lo popular lo han convertido un poco en instituciones de la cultura de masas. La otra tensión que se impone en Europa es que los museos cubran sus ingresos cada vez más con un porcentaje procedente de otras fuentes que no sea la pura subvención pública (...)".

"Luego los museos tienen que llegar a un público de masas, pero muchas veces se les acusa de populistas, y se les recuerda que lo que tienen que hacer son cosas muy serias y sesudas. Por otro lado, en el campo de la financiación se les pide que se comporten como fundaciones públicas, pero en la práctica están sometidos a una necesidad de buscar ingresos no públicos, que no procedan de los subsidios, como el alquiler de algunas instalaciones o el cobro de la entrada. Creo que la sociedad, la opinión pública, tiene que ponerse de acuerdo sobre qué desea que sean los museos, su papel, el porcentaje de financiación pública y en consecuencia permitir a los museos que se ganen la vida con otras cosas".

Con respecto a la presencia de algún artista canario en las colecciones del Thyssen, comentó que no le constaba ninguna. "En la exposición que hicimos del surrealismo en el Thyssen tuvimos muchos Óscar Domínguez, pero venían de colecciones privadas o de otros museos, pero en nuestra colección no recuerdo que tengamos alguna. Es una colección de un germano-húngaro que tenía el museo instalado en Suiza, no tenía unas razones particulares para ello. Pero el año pasado tuvimos una representación muy importante de Domínguez y de Juan Ismael, que son los grandes. Bueno, opuestos y complementarios del surrealismo canario. Uno con el respaldo del movimiento de París y el otro, bastante aparte y poco o nada reconocido por el movimiento. Ellos fueron los grandes artistas canarios que estuvieron en la exposición. Luego conozco y aprecio a otros artistas como Millares, Chirino o Manrique".

Con respecto a la posibilidad de que algún día llegue alguna exposición del Thyssen a Tenerife, como ya ocurrió con el Prado, comentó que "el Prado tiene un enorme contingente de obras en los almacenes y nosotros algunas de la baronesa y la obra sobre papel que no se pueden mostrar todo el tiempo".

Por otro lado, explicó que el estatuto del museo obliga a tener expuesto el noventa por ciento de la colección, además el Patronato "no es partidario de mandar obras a itinerar, porque piensa que perjudica a lo que está expuesto. Nosotros no tenemos, como el Prado, la responsabilidad de compartir las colecciones con el territorio nacional. Si el Ministerio o el Patronato nos dejaran yo estaría encantado de llevar a Canarias la exposición de lo que pudiera viajar por razones de conservación de la colección Thyssen, pero no es fácil descolgar obras de las salas porque no hay mucho".