"Una chorrada", "una locura", "traigan el teleférico del Teide", o "de qué me habla, quién va a pagar eso, ¿nosotros?". Así han recibido los vecinos de La Alegría, entre la incredulidad, la sorpresa, el escepticismo y la desinformación, el Plan Especial de renovación urbana proyectado por el equipo de arquitectos Casariego-Guerra, el mismo de "Sol y Sombra", la futura (a ver cuándo por fin) playa del vecino Valleseco.

El documento aborda la transformación del barrio, con una superficie de 160.597 metros cuadrados, desde cuatro vertientes: accesibilidad, rehabilitación de edificaciones, derribo de las que estén en mal estado y protección frente al riesgo de avenidas.

Las críticas principales van contra las escaleras mecánicas dibujadas para mejorar la conectividad con la parte alta del barrio, de la Pista Militar hacia arriba, con la calle Andrómeda, en la zona baja. El montante total de su construcción asciende a 1.765.224 euros de inversión municipal. El mantenimiento, con una estimación de consumo eléctrico de 60.672 kilovatios/hora al año, se ha cifrado entre nueve y diez euros por vivienda al mes.

Canalizar las laderas es uno de los objetivos para evitar riesgos de escorrentías y desprendimientos. La propuesta pasa por ampliar esos canales por los que baja el agua y hacer otros para las pluviales que eviten daños históricos.

Elsa Guerra, la mitad del estudio con Joaquín Casariego, presentó un diseño que pretende, además, dotar de 3.000 metros cuadrados de zonas verdes a uno de los mayores ejemplos de autoconstrucción y desorden urbanístico de la isla. Se lograrán con el espacio recuperado tras la demolición de 66 de las 300 viviendas censadas, que están en estado de ruina.

Algunos ejemplos. En el 16 de la calle Andrómeda se harán cuatro viviendas con una escalera de conexión transversal en un edificio municipal demolido, junto con un solar y un garaje en la calle Ceres que se eliminan.

En la calle Minerva-Pista Militar junto a seis viviendas se ubicará un equipamiento socioasistencial. Para ello se eliminarán edificaciones tapiadas o demolidas con problemas de estabilidad y habitabilidad.

Entre la Pista Militar y la calle Orfeo se construirán otras nueve viviendas también tras demoler edificaciones tapiadas. Así hasta llegar a 66 viviendas a derribar, más otras 73 nuevas con un coste total de 8.191.796 euros.

Raúl Miranda, presidente de la Asociación de Mayores el Palomar de La Alegría, acudió junto a medio centenar de vecinos a la presentación de los técnicos. "Lo del mantenimiento de las escaleras hay que pensarlo. Una cosa es la teoría y otra la práctica", resume.

Varios dirigentes vecinales están preocupados por la posible especulación y piden que "si hay gente que se tenga que ir de su vivienda que vaya a otra sobre la marcha para no repetir lo ocurrido tras la riada del 31 de marzo de 2002, cuando se desalojaron casas, no se tiraron y ahora hay okupas".