Nervios, tensión y alguna lágrima la mañana de ayer frente al número 15 de la calle Pérez de Rozas. Un inmueble en pleno centro y con muchas décadas de antigüedad. Los inquilinos de las tres viviendas habitadas -de las ocho, en cuatro plantas- esperaban el resultado del primer diagnóstico de los técnicos tras el desalojo del pasado viernes. No pudieron volver a sus casas tampoco anoche y ya cumplen el tercer día fuera tras la caída del muro anexo al edificio con puntales de hierro que está justo al lado.

También se mostraban muy atentos los propietarios de la peluquería Jesús Luis y el restaurante Solana, situados en los bajos. Tras inspeccionar el edificio, los técnicos evaluaron el estado de ambos locales. Sus dueños mostraban el gesto serio de quien puede sufrir grandes pérdidas, y más en época prenavideña.

"Déjenme entrar a por mi gato", pedía Mar, madre de dos hijos, que están con familiares y amigos. "Me he quedado sin nada", decía, pendiente de una reunión en el IMAS. Al final entró, siempre con su perrito en brazos (es peluquera canina en paro). "Fue como un terremoto, terrible; no tenemos ascensor y pensé que no había escaleras para bajar a la calle. He dormido en casa de una señora que no conocía. Ya había avisado de humedades, grietas y ratas. Hay miedo a volver".

"Mi madre tiene 94 años -apunta Pilar-, y ahora está en casa de su nieta, mi hija. Lo pasamos muy mal para evacuarla". Heberto tiene un hijo y ha dormido "en casa de un amigo". Con experiencia en la construcción, para él "no hay solución, aquí no vamos a vivir más. El muro queda en el aire, sin agarre y se apoyaba en los hierros".

Pendiente la revisión de los cimientos, en una primera diagnosis en principio no hay daños estructurales. No había muro de separación con el edificio de al lado, y entre la lluvia y el viento, se cayó la pared. "El lado derecho está más afectado, pero en todo caso hoy (por ayer) no se puede quedar nadie", apuntaron los técnicos.

Algún inquilino planteaba que tras el desalojo del pasado viernes habían entrado en las casas, pese a la vigilancia de la Policía Local.

La Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) presentó ayer una solicitud al ayuntamiento "para que actúe de forma inmediata con los afectados y realoje a las familias que lo necesiten".