A sus 32 años está señalado como uno de los solistas más diestros de la escena clásica; un violonchelista que ya ha acumulado sabrosas experiencias con las mejores orquestas del mundo antes abrir su primera colaboración con la Orquesta Sinfónica de Tenerife. El franco-alemán Nicolas Altstaedt actuará mañana, a partir de las 20:30 horas, en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife bajo la dirección de Edmon Colomer.

"Ya sabía que Tenerife no solo era buen clima y playas", avanza el germano mientras aguarda en el camerino el primer cara a cara con los músicos de la OST. "Con el maestro Nesterowicz sí que había tenido la ocasión de coincidir en Verona, pero con esta orquesta no. Las referencias que me han traslado son inmejorables", pone de manifiesto un chelo que tiene un cartel notable a nivel internacional. "No tengo presión cuando toco con las mejores orquestas, pero sí que me exijo estar a la altura de los programas que me encargan. De todas formas no creo que ni yo ni nadie pueda alcanzar la belleza y perfección que se percibió la primera vez que sonó una obra... El ser humano de hoy es incapaz de mejorar la magia que existía en la partitura original", aclara Nicolas Altstaedt.

De su camaleónica habilidad para adaptarse a distintos registros, uno de los dos protagonistas de la cita de mañana (el otro es el director Edmon Colomer) admite que "no tiene la percepción de ser un innovador. Para mí la música hay que renovarla en cada concierto; yo no me siento un revolucionario. La experiencia dentro de una orquesta es lo que posibilita conocer algunos secretos que a la larga te harán disfrutar al máximo de una obra", puntualiza.

Altstaedt está convencido de que debajo de la sobriedad del violón se esconde el alma de un instrumento moderno para el que se han escrito muchísimas composiciones modernas. "Es uno de los instrumentos más eróticos que existen y para que el se están creando cosas realmente novedosas", dijo antes de adentrarse en una escenografía que está directamente vinculada con la crisis.

De su juventud y de la renovación que se percibe en la escena clásica, el músico formado en Berlín se limita a decir que "en la clásica siempre han habido jóvenes que se han adaptado a los nuevos tiempos. Yo no hago nada extraordinario para tocar con los mejores, pero es verdad que en los teatros y auditorios hay un gran interés por renovar las audiencias. El público de la clásica siempre va a estar ahí porque, entre otra cosas, sabe captar a personas que descubren este lenguaje cuando se encuentran entre los 40 y 50 años, pero es cierto que cada vez se buscan nuevos estímulos que ayuden a despertar la curiosidad de los más pequeños", argumenta al tiempo que realiza una curiosa reflexión sobre los canales que eligen algunos para llegar a este género. "Hay discográficas que creen que lo clásico solo sirve para rodar un spot de 2 o 3 minutos".

Nicolas Alstaedt, por último, no perdió la oportunidad para pedir una mejor planificación a la hora de realizar políticas de ajustes que, según él, son una auténtica locura. "En Alemania, por ejemplo, un empresario de la radio que tenía intereses en un club de fútbol optó por unificar tres orquestas en una gran orquesta porque entendía que la música clásica no era rentable", resume para dar a entender que "a los políticos que no tienen ni idea de cultura no les deberían dar la posibilidad de tomar decisiones sobre un asunto que es de interés de todos los ciudadanos. A este paso, cuando los niños que hoy estudian música sean profesionales en lugar de 100 orquestas tendrán 70 y las posibilidades de entrar en una de ellas se irán reduciendo".

Nicolas Altstaedt

Violonchelista

Referente mundial

Nicolas Altstaedt está señalado por la crítica como uno de los jóvenes solistas más destacados de su generación; un intérprete muy versátil que se suele mover desde lo clásico a lo más contemporáneo. Entre sus maestros tuvo a Boris Pergamenschikov en Berlín, antes de proseguir sus estudios con Eberhard Feltz.

Premios

El solista que mañana interpretará, a las 20:30 horas, en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife el Concierto para violonchelo y orquesta de Dvorák ha sido galardonado por la Academia Kronberg, además, de obtener otras distinciones en Stuttgart o Dortmund.

Colaboraciones

Antes de estrenarse en el Auditorio de Tenerife, esta misma temporada ya ha actuado con la Sinfónica de Viena y Neeme Jârvi, con la Tokyo Metropolitan Symphony Orchestra, la Filarmónica Checa, la Orchestra della Svizzera, la Filarmónica de los Países Bajos, la Sinfónica de Quebec, la Orchestra La Cetra y como artista invitado de la Filarmónica de Berlín en el Festival Zermatt del Emsemble Scharoun.

Vea aquí el concierto de cello de W. Litosla-wski a cargo de Nico-las Altstaedt.