Álvaro Cervera ofreció ayer, en Radio El Día, su primera entrevista de la temporada. Entre otras cosas, el entrenador reconoció que la elección de algunos de los fichajes que realizó el club el pasado verano, bajo su supervisión, no fue acertada y que el número de altas fue excesivo. "En el intento de cambiar, nos dejamos cosas en el camino", confesó el técnico, quien abordó asuntos relacionados con las críticas a su trabajo y su futuro en el Tenerife.

¿Por qué está el Tenerife en puestos de descenso en la decimoquinta jornada de Liga?

Por muchos factores. Hay equipos que, de momento, lo están haciendo mejor. Y también nosotros hemos hecho cosas mal.

¿En el campo?

En el campo todo tiene su salvación. Ahí no puedo mirar, porque soy quien pone a los jugadores. El máximo responsable soy yo.

¿Falló la planificación?

Hemos tenido una base desde que llegué de hacer las cosas de una manera, y eso es algo que nos funcionó. Así ascendimos y logramos la permanencia con un final que fue un poco raro y errático. Este año quisimos dar un cambio, siempre para bien. Pero en el cambio nos dejamos muchas cosas. Ahora nos estamos dando cuenta de que el cambio no tuvo que haber sido tan grande, que debimos haberlo hecho poco a poco o incluso que tuvimos que haberlo pensado antes. En el cambio no hemos ganado en muchas cosas, no solo en lo deportivo: en un vestuario ocurren muchas cosas. Detrás de lo que pasa en el campo puede haber un proceso de desconfianza que no se ve.

¿Trajo jugadores que no suman?

Contestaré con una frase que escuché una vez y uso de vez en cuando: Todos creemos estar preparados para ganar, pero hay gente a la que le cuesta prepararse para ganar. Antes no mirábamos eso; entrenábamos cada día e íbamos a ganar, y pensábamos en ello desde el lunes. Ahora puede ser que demos demasiados rodeos, sabiendo que el domingo tendremos que ganar. En esa distracción nos dejamos cosas en el camino. Pero el culpable principal de todo eso soy yo.

¿El grupo no es tan homogéneo? ¿Es más difícil de manejar?

Sí, pero con eso no quiero decir que los que se han sumado son malos. Tienen su filosofía y su manera de ver el deporte y los entrenamientos. A lo mejor debimos mirar más eso y no otras cosas.

¿El club fichó demasiado?

Posiblemente. Siempre, hablando a día de hoy. Cuando hicimos la planificación en verano pensamos que el número iba a rondar el que fue. Pero visto todo lo que ha pasado, pensamos que el grupo necesitaba otra cosa, otro tratamiento.

¿A qué se refiere?

Tuvimos que haber adaptado jugadores a lo que ya veníamos haciendo, pero quizás la cabeza nos dijo que era mejor intentar adaptar los futbolistas que teníamos a otros nuevos que nos podían dar un plus. Eso te pude salir bien, pero creo que a nosotros no nos ha pasado.

¿Por qué eligieron a Uli Dávila?

Pensamos que teníamos una defensa que, normalmente, iba a ser competitiva, con las incorporaciones de Unai o Hugo; que el medio del campo, con Vitolo, iba a ser más consistente; y que Ifrán nos podía hacer la labor de Ayoze (Pérez) en cuanto a goles. Pero vimos que había una posición que no teníamos cubierta, la de enganche con el punta. Ahí veníamos utilizando a Aridane. De los que podían venir, pensamos que Uli podía encajar. A partir de ahí, todos tenemos que ser competitivos, hasta los del banquillo, y tener una razón de ser en el campo, con y sin la pelota y cada uno con sus características. Pero nadie puede restar. Eso es lo que ha pasado. Seguramente, Uli es de los jugadores con más calidad en la plantilla, pero creo que le hace falta algo para serle útil a este equipo. ¿Que lo puede dar? Bien. Si no, el entrenador debe tomar decisiones.

¿Si no rinde será un fracaso?

Lo sería si un entrenador ficha a ciegas a un jugador y no consigue hacerlo funcionar. En este caso, creo que todos podríamos poner un poco más de nuestra parte.

¿Qué daño hicieron jugadores que ya no están: Jacobo, "Ruso"...?

Todo lo que es anómalo normalmente hace daño y resta.

¿Jacobo le dijo antes del cierre del mercado que quería irse?

Después de un entrenamiento, pidió hablar con Alfonso Serrano y conmigo. Había encajado el gol de córner en Ponferrada y también el que recibió ante el Albacete, que fue extraño. Nos dijo que no esperaba lo que estaba pasando a su alrededor y que si nosotros pensábamos que nos habíamos equivocado con su fichaje, estaba dispuesto a marcharse. Recuerdo que al medio minuto le dije que se fuera a entrenar, que no se preocupara. No sé qué le comentó luego a Alfonso.

¿Qué tal fue el día a día con él?

Cuando vino, era un chico muy extrovertido y estaba encantado de vivir aquí. Luego, el tema deportivo se fue complicando y le cambió el parecer de todo. En el día a día no fue un jugador conflictivo.

Hasta que protagonizó aquella entrada a Cristo González...

No vi la acción, pero sí a Vitolo recriminándole algo. Me lo contaron luego varias personas.

¿Algún jugador se quejó de la actitud de Cristian "Ruso" García?

Nadie vino a mí para decirme eso, pero ya no era bueno que estuviese entrenando con el equipo. Empezaba a restar mucho y la convivencia no era la más adecuada.

¿Por qué no echó atrás ese fichaje cuando lo vio venir?

Si un jugador que viene bajo de forma te dice que no te preocupes y te jura que estará bien en un mes y medio, te parece correcto. Pero si pasa eso y luego el jugador no hace 5 minutos más de trabajo o 20 metros más de carrera... Ya empezaba a ser un problema.

¿Juan Carlos García es el otro gran error del mercado de verano?

Es un chico excepcional y educado. Entrena lo mejor que puede. Es una pena que nos hayamos portado así, o que lo haya hecho yo, por el tipo de persona que es.

¿Se arrepiente de haber cedido a Nano, Alberto, Jairo...?

Todo lo que se hizo fue con la idea de que era bueno para el club y para los jugadores. Seguramente, ahora estaríamos utilizando a Nano. Pero, ¿se puede utilizar a un chico de 18 años? Creo que no. A esa edad hay que jugar. El caso de Alberto es parecido. Y Jairo nos pidió salir a otro equipo al ver que quizás no iba a participar mucho.

¿Cómo funciona la Comisión Deportiva que forma con Serrano?

Hay un entrenador y un secretario técnico, que es quien realmente propone, porque conoce el mercado y es su profesión. El matiz está en que en este equipo yo tengo la potestad de decidir que un fichaje no viene. Pero tampoco se ha utilizado así esa figura, porque hemos intentado consensuar la mayoría de las cosas. No sé si es lo correcto, pero tal como ha salido, seguramente habría que darle una vuelta de tuerca. Si empezara otra vez, no lo haría de la misma manera: sí con las mismas personas, pero de otra forma.

¿Qué cambiaría?

Ir más a lo que hemos hecho, a lo que conocemos, a lo que vivimos, contra lo que jugamos...

¿Lo harán así en enero?

El mercado de invierno es más complicado: tienes menos tiempo, los buenos normalmente juegan y no los dejan salir... Pero sí nos gustaría hacer alguna cosa.

¿Vendrá un portero?

Hay que fichar uno. Será incluso bueno para los que ya tenemos.

¿Y algún delantero?

Me gustaría hacer goles a balón parado o que los centrocampistas, con los que estoy encantado, también aportaran. No podemos centrarnos en traer un delantero que marque y no haga otra cosa, sino tener un jugador que nos aporte en esta faceta. Sí me gustaría tener un atacante más rápido.

¿Saldrán jugadores?

Todo jugador puede quedarse o salir. Se estudiará cada caso. Pero, que yo sepa, no hay ningún jugador del que hayamos dicho que tiene que salir por lo que sea.

¿A qué aspira el Tenerife?

Ya lo dije en Girona. De momento, el objetivo es la consolidación en la categoría. Y habrá un año en el que seamos mejores.

¿Con Ifrán disponible en todas las jornadas y sin errores en la portería, la situación sería distinta?

Con el equipo siendo competitivo, que lo tenemos, y un goleador como Ifrán, somos mejores. Pero, aún así, el equipo no es tan competitivo como lo he conocido. Cuando el equipo está bien, es tan bueno como era, pero cuando está mal, es mucho peor de lo que era.

¿Ifrán ha sido multado por la expulsión en Palamós?

Creo que ya lo hemos contestado durante toda la entrevista.

¿El Tenerife no puede cambiar el estilo de juego?

Es lo que se intentó y ahora estamos en la situación en la que estamos. El estilo es el que nos llevó a Segunda División y nos mantuvo. Habrá gente que querrá otra cosa, pero no soy la persona más indicada para cambiarlo porque en el intento de hacerlo me he dejado muchas cosas en el camino. Y casi lo de menos son los puntos.

Dijo tras las primeras jornadas que quiso dar tres pasos adelante, pero dio dos hacia atrás...

Tenía que ver con el campo de juego y con que no estamos tan cómodos en el día a día como antes. Cada día, y no cada domingo, hemos querido dar un paso adelante y eso no ha sido tan llevadero. Antes había jugadores que participaban más o menos y que estaban más o menos contentos, pero no había otra idea que ganar el domingo.

¿Se ha planteado dimitir o marcharse al final de la temporada?

No por hechos en concreto. Lo que vaya a pasar al final es algo que tienes que ir pensando porque las cosas se agotan, la gente se cansa de lo mismo y tiene que haber una regeneración, y en el deporte mucho más. Lo que pase al final, pasará. Y ahora creo que si dimitiese, traicionaría a gente. Primero, al presidente, que puso en mí mucha confianza. Y también a muchos jugadores que todavía creen en mí y me lo hacen ver a diario. Después de haber crecido juntos y haber hecho este equipo, no estaría bien decirles: chicos, me voy porque no puedo más. Pero en el fútbol pasan muchas cosas.

¿Por qué ha decidido volver a conceder entrevistas?

Explico primero por qué dejé de hablar. Creí que dar dos ruedas de prensa a la semana era suficiente y que al estar muy expuesto, por mi forma de ser, se podían malinterpretar mis declaraciones. Pensé que eso no era bueno ni para el club, ni para el equipo, ni para mí. Pero ahora estamos en un momento malo, en lo deportivo, y hay un entorno complicado. Entonces, es el momento de que hable. Ahora no estamos en el mejor momento, pero quizás sí es el mejor para que hable.

¿Cómo está de ánimos?

Si digo que estoy encantado, sonaría irreal, pero de ánimos estoy bien. Llevamos un tiempo viviendo en una situación complicada y, quieras o no, eso te afecta. Pero luego llega el domingo, hay un partido y no puedes defraudar a los que sabes que se parten el alma por el equipo. No puedo estar bajo de ánimos cuando son ellos (los jugadores) los que me dicen, con su actitud, que el final será positivo.

Pero recibe críticas muy duras...

Me llegan. La crítica deportiva la considero sana. Me gusta hablar de fútbol y reconocer lo que intenté hacer bien y no me salió. La otra es la que puede hacer daño por la manera en que afecta a tus amigos y familiares, pero no hay que prestarle mucha atención.

¿Los críticos tienen razón?

Los aficionados la tienen toda desde el momento en el que trabajan cada semana para poder ir al estadio y ver a su equipo ganar. Durante dos años han visto algo que les gustaba y, además, su equipo ganaba. Y si no vencía, veían que intentaba hacer bien las cosas. Ahora no están contentos porque no hay triunfos y porque lo que se ha hecho no les convence.

¿Pero cree que tienen razón?

La afición tiene razón siempre. ¿Que hay cosas que no son como se cuentan? También es verdad.

¿Se refiere a los medios?

No. Quiero decir que en un equipo de fútbol pasan muchas cosas. Algunas salen a la luz y otras no; y muchas veces, las que se quedan dentro son las mejores. En general, las noticias más llamativas son las primeras en tener repercusión.

En las redes sociales califican como "Cerveradas" sus cambios menos habituales en el equipo...

Pero Cerveradas solo son las que no salen bien. Cuando Suso marcó el gol por la escuadra ante el Barcelona B, no fue una Cerverada. Asumo como un error gordo el de poner a Aridane en la banda derecha en el partido ante el Llagostera, pero fueron 20 minutos. Nadie me tiene que decir que me equivoqué en esa decisión, pero me quedo con que al acabar el partido, el jugador me dijo: "míster, lo que usted quiera". Y eso me da para intentar otras cosas hasta que me salgan bien. El que no intenta algo, no consigue nada. Luego, en las redes sociales habla gente a la que no escucharía.

¿Y cuando se dice que sale a empatar los partidos?

¿Alguien cree que voy a una pizarra y le digo eso a los jugadores? Y lo más extraño: ¿Lo hago ahora y no antes porque me ha dado un aire? Los resultados esconden muchas verdades y florecen muchas mentiras. A mí me gusta controlar los partidos, que me tiren poco y tirar lo máximo posible.

Cacique, caudillo, pequeño Mourinho, desequilibrado... ¿Le habían llamado así alguna vez?

No. El día que ya no esté aquí, se diluirá todo eso. Sé que la mayoría de los jugadores que manejo saben que eso no es así. Que lo digan algunas personas no tiene por qué afectarte. Es verdad que cuando pierdes, la gente se aleja. Pero sigo siendo la misma persona: Álvaro Cervera padre, hijo, marido, amigo... Y entrenador de fútbol. Es verdad que tengo mis ideas y que las intento llevar a efecto, y que esa ha sido una de mis equivocaciones en esta temporada. En muchas cosas, Álvaro Cervera ha dejado de ser el que era por intentar conseguir algo que, al final, no hemos podido lograr.