Arqueólogos, paleontólogos, geólogos y otros especialistas trabajan para tratar de descifrar cómo era el entorno de Madrid hace 85.000 años a partir de los numerosos hallazgos de animales prehistóricos en el Valle del Manzanares, que han convertido esta zona en una especie de gran Arca de Noé del pasado.

El equipo arqueológico dirigido por Joaquín Panera halló en el Valle del Manzanares un esqueleto completo de una especie desconocida en Europa, un ciervo prehistórico, que convivía con elefantes lanudos, rinocerontes o bos primigenius (un ejemplar de toro ya extinto) en el Madrid de hace 85.000 años.

En una entrevista con Efe, este arqueólogo detalla cómo en esta labor de investigación que lleva años desarrollándose en el Valle del Manzanares geólogos, paleontólogos, geocronólogos, arqueólogos o paleobotánicos trabajan conjuntamente para "cada uno desde su campo" reconstruir "un gran cuadro de cómo era el entorno de Madrid hace 85.000 años".

Concretamente en el tramo del río Manzanares que atraviesa el municipio de Getafe encontraron en el año 2004 un esqueleto completo de ciervo prehistórico; sin embargo, en ese momento no sabían que lo que habían hallado era una especie única.

"Primero intentas encasillarlo en algo que conoces. Pero este ciervo se caracteriza por las astas. Son muy singulares, con dos ramales, una en forma de hoz hacia atrás. A nosotros nos llamó la atención esa morfología de las astas, pero creímos que podía ser una patología y nunca pensamos que fuera una especie única", confiesa.

Entonces recurrieron a Jan Van der Made, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y fue él quien les alertó de la magnitud del descubrimiento: se trataba de una especie única. Y sólo en Madrid había aparecido un esqueleto completo.

El único precedente eran unos restos de este ejemplar hallados años atrás en dos yacimientos del sur de Francia y allí sostenían que había llegado desde la Península Ibérica. El hallazgo de Getafe lo confirmaba.

"El Valle del Manzanares es como un gran arca de Noé del pasado. Hemos encontrado elefantes, rinocerontes, el bos primigenius (un toro de dos metros y medio de alzada), caballos, zorros, y ahora el Haploidoceros Mediterraneus", que es como han bautizado a esta nueva especie de ciervo, de la época del Pleistoceno.

Además, han encontrado millares de huesos de pequeños vertebrados como ratones, musarañas, reptiles y anfibios, especies muy sensibles a los cambios climáticos, por lo que los especialistas, con su estudio, han logrado precisar las condiciones de humedad y temperatura de esta época.

"Tenían un clima mediterráneo similar al actual, aunque con veranos algo más prolongados e inviernos más templados y lluviosos que los actuales", detalla Joaquín Panera.

Un clima en el que habitaba el hombre de Neandertal, en convivencia con todos los animales citados, algunos de los cuales cazaba para sobrevivir, como han documentado a través del hallazgo de herramientas líticas.

"En el Valle del Manzanares hemos descubierto que no sólo comían la carne del elefante, sino también su médula. Hay que tener muchas ganas para romper un hueso de elefante, porque está muy duro. Pero la recompensa es grande, ya que la médula es muy sabrosa y aporta unas fuentes de lípidos de los cereales y las legumbres, que los cazadores recolectores no tenían acceso a ellos", relata.

Joaquín Panera adelanta que todos estos hallazgos podrán verse en una exposición en el Museo Arqueológico Regional (Alcalá de Henares) a partir del 18 de diciembre.

"Los madrileños podrán conocer cómo hace decenas de miles de años paseaban por Madrid animales que hoy sólo existen en el África Oriental, en convivencia con especies humanas distintas a la nuestra como los neandertales. Creo que el ser humano tiene la necesidad de comprender cómo fueron nuestros orígenes y por qué hemos llegado donde hemos llegado. Y esta es una oportunidad única", apostilla.