La soledad y la larga espera de Penélope cuando Ulises partió hacia Ítaca definen el arranque del montaje "Las voces de Penélope", que luego se traslada a la actualidad, una obra dirigida por Antonio Cifo que se estrena mañana, sábado, a partir de las 20:30 horas, en el Aguere Espacio Cultural de La Laguna. La entrada costará ocho euros.

Esta pieza teatral, basada en un texto escrito por la prestigiosa dramaturga Itziar Pascual, será defendida en el escenario por las actrices canarias Bibiana Rodríguez (Penélope), Lucía Frías (la mujer que espera) y Élida Pérez (la amiga de Penélope), quienes darán rienda suelta, durante algo más de una hora, a la versión de esta comedia dramática llena de libertad de interpretación.

Antonio Cifo aclaró que este montaje, al igual que su anterior propuesta teatral, "Las mujeres son cosas de mujeres y los hombres también", gira en torno a la igualdad. "He decidido que mis espectáculos tienen que ver con reivindicaciones sociales y ahora mismo la que me parece más importante es la igualdad, el respeto, concretamente, la figura de la mujer, contra la violencia de género. Ahí es donde yo cargo las tintas en mis espectáculos".

Este actor y director de teatro, cine, televisión y circo, incidió en la idea de que en "Las mujeres son cosas de mujeres..." se trataba el tema de la violencia de género desde la comedia, mientras que en "Las voces de Penélope" "ahondamos más en temas como la soledad, la espera, además de la igualdad y contra la violencia de género. De todos es sabido que en el mito de Penélope, según la Odisea de Homero, Ulises se va a sus campañas y Penélope se queda en casa, atendiendo la finca, los niños, los criados, los animales... La eterna espera, tejiendo de día y destejiendo de noche. La autora de la pieza teatral utiliza el mito de Penélope para trasladarlo a la actualidad. Resulta que después de casi tres mil años, la mujer está en las mismas. Tiene que esperar, tiene que estar en un segundo plano".

Desde el punto de vista de Cifo la obra "Las voces de Penélope" no es un drama al uso, en la percepción que tenemos de la soledad, de la espera o del abandono, sino que encierra también cierto humor. "Es una comedia dramática en la que su autora, una sabia dramaturga, ha dejado plena y absoluta libertad para que el que monte la obra haga su versión, porque no acota demasiado el trabajo del director. Ella pone el texto y tu decides como lo llevas a escena, que aire, que ritmo le das, que pones en el escenario. Hay una amplia y absoluta libertad, algo de agradecer, porque en realidad cualquiera que se tropiece con el texto de Las voces de Penélope se dará cuenta, entre comillas, que es una obra incompleta en el sentido de que la tiene que completar el director, motivo por el que cada uno hace su versión del texto".

La propia Itziar Pascual indicó en una entrevista que "Las voces de Penélope" "es una obra sobre el derecho a ser las personas que queremos ser; en especial, sobre todo las mujeres que queremos ser".

Por último, Antonio Cifo abundó en la época en la que se desarrolla su versión de la pieza y la escenografía en la que se desenvuelve. "La temporalidad está situada en la antigua Grecia. Penélope vive el momento en el que su marido, Ulises, se acaba de ir. Ahí estamos en el siglo VIII antes de Cristo. Los planos del tiempo se van intercambiando entre la escena de Penélope en el palacio y la época actual, en la que se ve cómo esperan las mujeres de hoy, justo en el mismo momento en el que se está representando la obra, sábado por la tarde. Qué le pasa a las mujeres de hoy, qué les ocurre con los desamores, con los desencuentros, las frustraciones, los engaños, los cuernos o salir de borrachera porque el chico que te gusta no te hace caso. Nada más lejos de lo que puede ocurrir a cualquier mujer hoy en día".