El chófer del ex primer ministro portugués José Sócrates, Joao Perna, abandonará próximamente la prisión después de tres semanas ingresado en el centro penitenciario y pasará a un régimen de arresto domiciliario.
Así lo informó su abogado, Ricardo Candeias, quien en declaraciones que recogen hoy medios lusos dijo estar "feliz y satisfecho" porque su cliente podrá "posiblemente pasar la Navidad en casa".
La Fiscalía se mostró favorable a su excarcelación el pasado viernes, y ahora sólo falta el visto bueno del juez Carlos Alexandre, quien dio instrucciones para comprobar que su vivienda cumple con las condiciones necesarias para este arresto domiciliario.
La decisión de permitir a Perna abandonar la prisión se produjo apenas un día después de que el conductor volviese a ser interrogado por el fiscal que investiga la llamada Operación Marqués, caso en el que también está envuelto el ex primer ministro portugués.
Perna permanece en un centro penitenciario desde el pasado 25 de noviembre, como Sócrates, aunque en una cárcel diferente, la misma en la que también continúa ingresado el empresario Carlos Santos Silva, amigo personal del antiguo líder del Partido Socialista luso.
El cuarto acusado es el abogado Gonçalo Trindade Ferreira, el único al que el juez que instruye el caso dejó desde un principio en libertad provisional.
El letrado que se ocupa de la defensa del chófer entregó el pasado martes un recurso ante el tribunal para obtener la liberación inmediata de su cliente, acusado de los delitos de fraude fiscal, blanqueo de capitales y posesión ilegal de un arma.
En su opinión, Joao Perna fue "víctima de las circunstancias" y sólo está en prisión "por ser el chófer de quien es".
Filtraciones sobre el caso publicadas por la prensa portuguesa apuntan al conductor como el responsable de trasladar por carretera maletas con dinero en metálico desde Lisboa hasta París, ciudad en la que estableció su residencia habitual Sócrates durante los últimos años tras perder las elecciones legislativas de 2011.
La Operación Marqués tiene su origen en la "comunicación de una entidad financiera" que permitió detectar "operaciones bancarias, movimientos y transferencias de dinero sin justificación", con Sócrates entre los implicados.