El Ayuntamiento de Barlovento ha contratado a un gabinete de abogados especialistas en urbanismo para requerir a la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias que la vía de circunvalación no perjudique la estabilidad del suelo urbano del municipio en su remate por el norte.

Obras Públicas construye la vía exterior siete u ocho metros por debajo del rasante del suelo urbano, separándola con un talud de tierra. El ayuntamiento rechaza las intenciones de la Consejería y le reclama que acometa un muro de unos 400 metros de longitud para seguridad del tráfico y del desarrollo del suelo.

El alcalde, Jacob Qadri, manifestó a esta redacción que "ya les hemos explicado a Obras Públicas que el remate del suelo urbano por el norte no puede acabar en un talud de tierra. En esa zona está proyectada en el Plan General de Ordenación una calle, que tendrá su desarrollo y a nadie se le ocurre que acabe en una bajada de tierra y piedras".

Sin embargo, las primeras conversaciones entre ambas administraciones no han culminado con las respuestas que el regidor municipio, y el resto del pueblo, pretendía: "Nos han dicho que el muro que reclamamos no está en el proyecto y que, por tanto, no lo tienen previsto ejecutar. Que esperemos un poco y veremos al final. La realidad es que la obra avanza y vemos que la intención es dejarlo como está, a lo que nos negamos".

Barlovento solo pide lo que el área que dirige Domingo Berriel ha realizado, a través de la empresa adjudicataria, a lo largo de muchos tramos, demasiados, de la carretera de San Andrés y Sauces: un muro de piedras, que en esta caso no será para entullar, como se hicieron con otros a lo largo de la vía, sino para "estabilizar el suelo urbano".

Ante la falta de entendimiento, el ayuntamiento ha optado por recurrir a unos abogados externos, especialistas en temas urbanísticos, para que inicialmente presenten un requerimiento a la Consejería, aunque sin descartar, en caso de que no se llegue a un acuerdo, abrir un contencioso por la vía judicial.

Hay que recordar que la propia ejecución de la vía de circunvalación generó un profundo debate entre la administración regional y la municipal, que rechazaba esta carretera al entender que sacaría el tráfico del municipio, perjudicando a la actividad comercial del casco urbano del municipio. Las dudas tenían un ejemplo cercano: Puntallana.

Un ejemplo de paciencia

Los vecinos de Barlovento han demostrado durante los últimos años que su capacidad de aguante es casi inagotable. Han sufrido una de las obras peor planificadas que se recuerdan en la historia reciente de La Palma, con un presupuesto que se ha triplicado y un plazo de ejecución que se ha multiplicado. Las protestas han sido mínimas para lo que podían haber sido. Y, aún con todo ello, aún el ayuntamiento tiene casi que suplicar un muro de piedra de 400 metros.