El pueblo de San Roque es el eterno vigilante de la Ciudad de Aguere, un enclave que situado en la montaña del mismo nombre, que ya nunca fue igual tras la construcción de la Vía Ronda, una infraestructura que en 1997, tras su inauguración, partió en dos un pueblo de carácter rural que estaba integrado completamente en el paisaje urbanístico del Centro, en favor de lo que era en ese entonces el proyecto de peatonalización del centro.

Tan cerca y tan lejos, un pueblo que quedó partido en cuatro desde entonces, lo que ha difuminado un tanto la estructura y la esencia de sus habitantes, pero nunca sus demandas por mejorar sus condiciones de vida. Y por ello, la AV Montaña de San Roque, que preside Fernando Palmero, mantiene el hacha de guerra bien levantado, sobre todo, contra las antenas que coronan la montaña de San Roque, "que está declarada Paisaje Pintoresco Protegido, y que se ha convertido en un vertedero de antenas que solo perjudican a los vecinos. Es un uso ilegal del espacio del pueblo".

"Es una reivindicación de años, pero los políticos miran hacia otro lado. Lo que sí le digo que antes en el pueblo no habían casos de cáncer, y en pocos años se han multiplicado por dos y por tres... Algo pasa y creemos que son las antenas aunque siempre digan que no está demostrado. Tampoco está demostrado lo contrario", dijo.

Al margen de ello, si hay algo por lo que destaca el pueblo, al margen de su componente rural y ganadero, es el paisaje y por ello "desde la AV La Montaña de San Roque ha demandado la creación de un mirador en lo alto de la Pista Militar de San Roque. Es algo espectacular y único para todo el municipio y nos pondrían el mapa como Dios manda", dijo.

Durante el recorrido, Palmero pone sobre la mesa distintos aspectos del pueblo, los problemas de las paredes de la carretera de la calle Primavera, las escorrentías que se forman y otras cuestiones, pero algo que enfada a los vecinos es el estado en el que se encuentra el entorno de la ermita de San Roque, "un orgullo para el pueblo", lugar en el que los jardines "están completamente abandonados y el parque infantil, que tenía seis módulos, ahora lo han dejado a tres y encima eran usados y estaban en mal estado han reducido el espacio. Lamentable", dijo.

Por último, en la parte baja, al lado del barrio del Timple y por debajo de la Vía de Ronda, en la llamada Ladera de San Roque, Fernando Palmero demanda "el definitivo encauzamiento del barranco de La Carnicería, una promesa que data, al menos, desde el año 1985", dijo para concluir.