Cada vez duele más escribir sobre Venezuela. Es la crónica de una muerte anunciada desde hace ya tiempo. Es tremendo ver como los vecinos cubanos evolucionan y Venezuela involuciona ante la pasmosa abulia de una sociedad adormecida o acobardada.

Se ha convertido en uno de los países más inseguros del mundo. Salir a la calle a determinadas horas es jugar a la ruleta rusa de ser atracado o tiroteado. Gran parte de la población va armada. Ya ni siquiera en las antes seguras zonas residenciales puede la gente vivir tranquila.

Hay escasez de gran cantidad de productos básicos, y ni en el mercado negro se pueden encontrar. Hace unos días un familiar me pedía que le mandara unos pantalones del colegio para el niño. Pero lo peor es lo que se le viene encima al país con la caída de los precios del petróleo.

Las gentes de Maduro se sentían tranquilas sentadas encima de su barril de petróleo, pero el tonelito se ha picado y ya no da para tanta mamandurria. A ver ahora cómo mantienen el chiringuito en pie. Y mientras tanto un país que podía ser la perla del caribe, con un atractivo turístico inmejorable y perspectivas de crecimiento, como otros países de Sudamérica, seguirá sumido en la miseria. Da pena la verdad. Me temo que cuando vayan a despertar será demasiado tarde.

@sdnegrin