Alrededor de 200 pacientes del Servicio Canario de Salud (SCS) diagnosticados de hepatitis C esperan a que el Gobierno de Canarias cumpla la promesa realizada por la consejera de Sanidad, Brígida Mendoza y, antes de dos semanas, se desbloquee la financiación prevista para comenzar a aplicar los tratamientos de última generación contra esta enfermedad infecciosa.

Estos nuevos fármacos tienen una eficacia de hasta un 95% de los casos, frente al 40% que se obtiene con los actuales.

En concreto, tanto en el Hospital Universitario de Canarias, como en La Candelaria, el doctor Negrín y el Insular existen una media de 50 pacientes con hepatitis C considerados prioritarios por los médicos especialistas en el hígado.

De hecho, según confirmó ayer la Asociación de Enfermos y Trasplantados Hepáticos de Canarias (Aetheca) por boca de su presidente, Benigno Martínez, los propios facultativos de todos estos centros han confirmado a la asociación que ya se ha remitido una lista a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias con los casos prioritarios a los que habría que administrar "cuanto antes" los nuevos fármacos.

"No se trata de que nos den el fármaco a todos los que estamos enfermos porque, afortunadamente, es una patología que avanza muy lentamente, pero sí queremos y exigimos que se le dispense a quien ya no puede esperar más y su salud se está deteriorando", detalló Martínez.

Y es que en Canarias (y en el resto del país) se desconoce con exactitud cuántos enfermos de hepatitis C hay, pero se estima que afecta a entre el 1 y el 2,6% de la población, lo que solo en el Archipiélago supone 52.000 personas afectadas.

"La prevalencia de esta enfermedad es muy alta. Basta decir que está por encima del cáncer de pulmón o de mama y, sin embargo, a los pacientes se nos trata de forma muy diferente, porque a nadie se le ocurre dejar sin tratamiento a un enfermo oncológico y, sin embargo, a nosotros sí que se nos niega", insistió ayer Benigno Martínez, para el que "ahora solo resta esperar a ver si el Gobierno de Canarias cumple con la promesa que nos dio cuando dijo que ningún paciente se iba a quedar sin tratar por temas de dinero".

El alto coste del tratamiento ha sido el argumento utilizado por el Ministerio de Sanidad durante los últimos dos años para no autorizar el uso generalizados de estos fármacos, puesto que el tratamiento anual de cada pacientes se situaría por encima de los 30.000 euros.

"No hay enfermedades más importantes que otras ni se puede entrar en una guerra porque todos los enfermos lo que quieren es curarse, pero los tratamientos contra el cáncer o el sida son muchísimos más caros y se prestan, como no podría ser de otra forma", insiste el presidente de Aetheca.

Y es que la hepatitis C, aunque sigue siendo una enfermedad infectocontagiosa muy desconocida, está en plena expansión en Europa, donde se prevé que el pico máximo se alcance en 2020.

El contagio se produce por vía sanguínea y, además de transfusiones o contagios accidentales en el ámbito sanitario, lo que más preocupa es el que se produce cuando se practican tatuajes o piercing sin las adecuadas garantías sanitarias.