En los últimos cuatro años ha variado notablemente el perfil de la mujer que aborta en Canarias, pasando de una mayoría de interrupciones del embarazo en mujeres de edades comprendidas entre los 20 y los 29 años a que el grueso se localice en la actualidad entre los 30 y los 44. Así se constata en los datos publicados ayer por el Ministerio de Sanidad referentes al año 2013, donde también se percibe un ligero incremento de los abortos en Canarias (40 más) hasta alcanzar los 5.954, si bien se reducen un 30% los abortos entre menores de 15 años, al pasar de 32 a 22 en un año.

En concreto, del total de las mujeres que abortaron, 2,644 tenían 30 años o más, destacando el hecho de que, de estas, 412 superaban los 40 años.

Respecto al perfil de la mujer que ejerció este derecho en Canarias durante el año pasado, 2.619 (43,9%) eran trabajadoras por cuenta ajena y el 33% (1.968) estaban en situación desempleo.

De las mujeres que interrumpieron su embarazo, casi la mitad (el 49,3%) manifestó no utilizar método anticonceptivo alguno.

En este punto destaca el hecho de que en la mayor parte de los casos se trata de mujeres de 40 años o más que abandonan los anticonceptivos convencidas de que ya no están en disposición de quedar embarazadas.

Respecto al nivel de formación académica, el 35% (2.028) cuenta con estudios postobligatorios de Bachillerato o ciclos de FP) y otro 32% (1.902) tiene estudios secundarios.

Destaca la cifra de que siete de cada diez mujeres que abortaron en Canarias ya eran madres e incluso 75 de ellas tenían cuatro hijos y 23 cinco hijos o más.

Es más 2.095 mujeres (38,3) tenían pareja e hijos con los que convivían.

No obstante, 2.516 mujeres no tenían hijos, aunque otras 1.222 aún vivían con sus padres u otros familiares aunque también tenían pareja estable.

Además, el 58,9% de las mujeres que abortaron no lo habían hecho nunca anteriormente, aunque el 28% (1.670) sí que ya había interrumpido algún embarazo y entre ellas hay 47 que lo han hecho cinco o más veces.

Seis de cada diez se realizaron cuando la mujer estaba de ocho semanas o menos de gestación y menos de un 1% se practicaron a mujeres cuyo embarazo era igual o superior a 21 semanas.

El motivo de las interrupción voluntaria del embarazo fue en el 95,8% de los casos (5.706) a petición de la propia mujer.

Así, menos de un 2% (105) aludieron a graves riesgos para la vida o la salud y otro 2% (121) lo hizo tras saber que el feto presentaba anomalías incompatibles con la vida o que padecía alguna enfermedad extremadamente grave o incurable.

Respecto al centro sanitario donde se realizaron las interrupciones voluntarias del embarazo, la práctica totalidad (97,2%) se realizaron en clínicas privadas, si bien más de la mitad de las mujeres (53,4%) acudieron a informarse a centros sanitario públicos.