La ministra de Exteriores de Australia, Julie Bishop, expresó hoy su "optimismo" por la repetición del juicio al periodista australiano Peter Greste y no descartó la posibilidad de que pueda ser repatriado.

Un tribunal australiano ordenó ayer la reedición del proceso contra Greste y otros dos periodistas de la televisión catarí Al Yazira encarcelados desde diciembre de 2013 acusados de colaborar con los Hermanos Musulmanes y difundir noticias falsas.

"En el pasado, el Gobierno egipcio ha indicado que considerarían algún tipo de acuerdo de traspaso de prisioneros y ahora tienen una nueva ley, lo que nos da optimismo de que pudiera ser transferido a Australia bajo esa ley", indicó Bishop al canal australiano Nine Network.

"Sin embargo, ahora que se ha admitido la apelación y las condenas han sido retiradas, creo que hay más posibilidades, más opciones para la familia Greste", agregó la titular de Exteriores.

El hermano del periodista australiano, Michael Greste, afirmó que la defensa ha solicitado la repatriación ante el fiscal general de Egipto, ya que el Gobierno aprobó en noviembre una ley que le permite deportar prisioneros extranjeros.

Michael Greste recordó que el presidente egipcio, Abdul Fatah al-Sisi, dijo en su día que hubiera preferido que los periodistas hubieran sido deportados.

"Creemos que hay una ventana de oportunidad para que el presidente egipcio ejercite su poder presidencial bajo ese decreto", dijo al canal australiano ABC desde la ciudad australiana de Brisbane.

Greste y el periodista egipto-canadiense Mohamed Fahmy fueron sentenciados el pasado junio a siete años de prisión por difundir noticias falsas sobre Egipto y colaborar con los Hermanos Musulmanes, mientras que el egipcio Baher Mohamed recibió una pena de diez por poseer una bala en el momento de su detención.

Bajo los mismos cargos fueron juzgados y condenados a diez años de prisión otros doce periodistas "in absentia", además de cinco estudiantes, tres de ellos castigados con siete años de cárcel y dos absueltos.

Su arresto y condena levantaron gran polémica y una oleada de críticas por parte de las ONG y la comunidad internacional.

Los Hermanos Musulmanes ganaron las elecciones tras la caída de Hosni Mubarak en 2011, pero dos años más tarde fueron desalojados del poder en un golpe de Estado.

La situación de la libertad de prensa en Egipto desde la asonada militar ha empeorado y, según el informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF), difundido en diciembre, en el país árabe hay 16 periodistas encarcelados.