Desesperada y pendiente de que suene el teléfono y de que dé fruto alguna de las gestiones diplomáticas que están llevando a cabo. Así se encuentra la familia canaria de acogida de Darya Embarek, la joven saharaui que hace justamente un año se fue a visitar a su familia biológica a los campamentos de refugiados de Tinduf y que aún no ha regresado a su hogar en Tenerife.

"Hemos pasado un sufrimiento muy grande y lo seguimos pasando por más que pase el tiempo, porque ella nos dice una y otra vez que quiere regresar a Tenerife, que siente que esta es su tierra y que es aquí donde quiere estar, y eso nos rompe el corazón", explica su madre de acogida durante 13 años, Ángeles Déniz, que entre sollozos relata que no hay puerta a la que no haya llamado pidiendo ayuda.

Y es que Darya, de 25 años, permanece en la casa de sus padres biológicos en Tinduf "cocinando y cuidando de los niños", según les cuenta ella misma, desde que su familia le confiscó su pasaporte y documentación personal para impedir que volviera a Canarias, tal y como tenía previsto.

"Afortunadamente podemos hablar con ella con cierta frecuencia para saber cómo está, aunque no es fácil. Nos dice siempre que aquello no es vida y que no sabe cómo ni cuándo, pero que volverá a Tenerife, y eso hace que no perdamos la esperanza, pero sus padres no quieren. Piensan que tiene que conocer mejor su país, su cultura y aprender a rezar, y le impiden que sea independiente y que decida por ella misma", explica Ángeles Déniz.

Sin embargo, durante su estancia en Canarias esta joven no solo fue una notable estudiante en Primaria y Secundaria sino que estudió Administración y Comercio y estaba en trámites para entrar en la carrera de Empresariales cuando decidió ir a visitar a su familia para interesarse por la salud de su padre y llevarles regalos.

"Es muy trabajadora, responsable, cariñosa, alegre y, sobre todo, es una persona adulta y puede tomar por sí misma sus decisiones y, sin embargo, se lo están impidiendo, por eso no nos cansaremos de pedirle al Gobierno de Canarias que intervenga, tal y como hizo el Ejecutivo de la Comunidad Valenciana con un caso similar, y donde advirtieron de que si no se le facilitaba la salida a una chica retenida se iban a reducir las ayudas y subvenciones que desde allí se mandaban", subraya la madre de acogida.

Ángeles se queja de la pasividad del Ejecutivo canario, insistiendo en que "tal vez no sea una ciudadana española o canaria de pleno derecho, pero esto supera esta cuestión porque se trata de un caso de derechos humanos vulnerados".

También se siente abandonada por el Gobierno español, asegurando "que no ha hecho ningún tipo de presión ni gestión" y a ambos ejecutivos les lanza una llamada de "auxilio" en nombre de su hija.

"Es una cuestión de humanidad. Se está obligando a una persona de 25 años a permanecer en un lugar en el que no quiere estar", insiste antes de calificar como "escandalosamente desagradable" el trato que ha recibido en estos mismos días por parte del cuerpo consular de Argelia en España.

Para recabar apoyos y ayudar a que la joven regrese a Tenerife se ha creado en Facebook la plataforma Free Darya.