epsol se va de Canarias, pero el PP se queda. Se va el petróleo -aunque no está de más poner ese anuncio en cuarentena- pero se queda la apuesta del PP por un modelo que choca frontalmente con lo que las Islas necesitan y demandan. Se queda el mismo PP que ha antepuesto el interés de una multinacional petrolera al de los ciudadanos del Archipiélago, menospreciando la opinión mayoritaria de los canarios y de sus principales instituciones; el mismo PP que ha hecho aquí una cosa y la opuesta en el Golfo de Valencia, el mismo que defiende que el petróleo es bueno para Canarias pero malo para Baleares. Se queda el PP que ahora quiere recuperar la confianza de todos los canarios, el que intenta que su defensa de epsol caiga en el olvido cuanto antes con el infantil argumento de que "no pasó nada", a lo que cabría responderle que en el Golfo de Méjico tampoco pasó nada hasta un minuto antes de la catástrofe ecológica.

Se va epsol, pero no debemos bajar la guardia por si su adiós no es realmente definitivo. Se queda el PP que ha defendido -y defiende- actividades que, como la extracción de petróleo, suponen una amenaza para unas Islas a las que la naturaleza ha dotado para la explotación de energías limpias, ese PP que ha puesto zancadillas a las justas demandas de Canarias en éste y en otros muchos aspectos.

La mancha que ha esparcido el PP por todo el Archipiélago no tiene que ver solo con el petróleo de epsol. Son muchos los petróleos que cabe achacar a la derecha ultraliberal que el PP canario representa.

Canarias ha sufrido en los últimos años un Gobierno en Madrid, sin duda el peor Gobierno en lo que concierne a nuestro Archipiélago, para el que el Estado parece acabar en Cádiz. Un cúmulo de errores, deslealtades y escasa solidaridad tan incomprensible como injusto, que sin embargo ha sido aplaudido furiosamente por el PP de las Islas.

Este PP ha confundido el escenario y ha llevado la lógica competencia entre partidos a un enfrentamiento institucional insólito e inédito, y ahí están las hemerotecas para demostrar que ha sido el Gobierno canario el que siempre ha tendido la mano al diálogo, encontrando al otro lado solo ganas de confrontación.

Este PP -Aznar, con sus luces y sombras, sí atendió y entendió los problemas y demandas de Canarias- ha negado el pan y la sal a los canarios; en la creencia de que el enemigo está en las principales instituciones de las Islas, ha dado la espalda sistemáticamente a dos millones de personas, muchas de ellas votantes de buena fe del Partido Popular.

La ciudadanía canaria, y especialmente todos aquellos que en su momento confiaron en este partido, han de saber que éste es el PP el que ha eliminado los fondos de formación del Plan Integral de Empleo; el que ha dinamitado las inversiones del Convenio de Carreteras; el que puso todos los obstáculos para que Canarias bonificara las tasas aeroportuarias; el que en su momento suprimió la prima para las energías renovables; el que se niega a modificar un sistema de financiación autonómica que penaliza a los canarios; el que discrimina a Canarias en el reparto de la financiación de los servicios sociales; el que apuesta por un modelo de desarrollo especulativo y depredador del territorio; el que obliga a los canarios a demostrar su residencia cuando viajan; el que quiere privatizar y hacer negocio con nuestros aeropuertos; el que asiste impasible a la subida de los precios de los vuelos; el que privatiza colegios y hospitales; el que ha reventado el Estado del Bienestar; el que promueve una Ley de Educación discriminatoria; el que mantiene una deuda histórica con la sanidad canaria; el que apuesta por las energías fósiles; el que ha menospreciado a las instituciones canarias desoyendo sus peticiones; el que ignora las demandas ciudadanas para afrontar reformas políticas e institucionales profundas; el que obliga a la austeridad y luego premia a las comunidades autónomas incumplidoras de sus obligaciones económico-financieras, el que puso obstáculos hasta el último minuto en la negociación de los aspectos fiscales del égimen Económico y Fiscal (EF) y el que ahora pretende dilatar su parte económica.

Ese PP es el que se queda, aunque epsol parece que se ha ido. Este PP ha dado la espalda a los canarios y representa un modelo que choca completamente con el que Canarias necesita. Ahora intentarán que los canarios olviden, que caiga en la desmemoria su defensa de una multinacional. epsol se va, pero el modelo centralista y ultraliberal del PP se queda.

*Presidente del Gobierno de Canarias