Las conversaciones en la zona del foro de innovación "Fi2" dedicada al llamado "mundo maker" parecían sacadas de una escena de "Matrix", o de "Código 46", o de cualquier otra película de corte futurista, al menos para los profanos en la materia. Y es que, a poco que se les preguntase a los responsables de los "stands", las explicaciones derivaban hacia impresoras gigantes, casas construidas en un solo día o piel creada artificialmente.

El "maker" es un "movimiento", según se autodefinen, por el que el objetivo es fabricar con cierta independencia y que, por lo tanto, necesita de un desarrollo tecnológico avanzado, especialmente de elementos para la impresión en tres dimensiones, que, a la vez, muchos de los que se dedican a esto contribuyen a mejorar.

"Estoy seguro de que se podrán hacer órganos impresos; en cinco años". La frase, que sorprende, es de Andy Middleton, de Manzanas y 3D, una empresa dedicada a la impresión en tres dimensiones que fue la pionera en Canarias y a la que han seguido unas cuantas más. Con cierto acento inglés, Middleton explica que lleva cuatro años trabajando en este campo, de los que unos 15 meses los ha entregado a ese proyecto empresarial radicado en Santa Cruz.

Recuerda que, al principio, eran muchos los que entraban a su negocio pidiéndole fotocopias de carnets de identidad al leer en el letrero que se dedicaban a la impresión, por más que tuviese el añadido de "3D". Es la demostración de una circunstancia que, precisa, aún se sigue dando: hay desconocimiento sobre las posibilidades de esta tecnología. Eso sí, matiza que cada vez hay más gente que acude con proyectos que quieren crear, sobre todo regalos personalizados.

Según expresa Middleton, las impresoras 3D se pueden utilizar para la creación de objetos diversos, arquitectura o prótesis. Sobre esta última posibilidad añade que la producción se realizaría a un 1% de lo que está cobrando la industria especializada, además de que, en este otro caso, se trataría de una producción más personalizada, con lo que se adaptaría mejor a la persona.

Para que las nuevas generaciones vayan conociendo las opciones del entorno "maker" hay proyectos como el que realizan Cristopher Caamana, José Isaac Hernández e Iradiel García. Los tres son ingenieros informáticos y están al frente de la empresa StartDevs. Actualmente, trabajan en una labor de difusión -especialmente con niños y jóvenes- de este mundo de construcción alternativa y cada vez más avanzada: impresión en tres dimensiones, realidad aumentada y otras especialidades relacionadas.

¿Cómo lo hacen? En el marco de un proyecto financiado por el Área de Educación del Cabildo de Tenerife, la Fundación Empresa de la Universidad de La Laguna y este centro académico, enseñan este campo a alumnos desde Primaria hasta Bachillerato. A través de exposiciones y talleres les muestran lo que se puede hacer con la tecnología a los estudiantes, que suelen disfrutar de esta experiencia.

No muy diferente es el caso de José Antonio Valentín y Rubén Servando. Desde hace varios años trabajan en esta disciplina tecnológica. La propuesta que mostraban en "Fi2" es un trabajo de arquitectura cinegética desarrollado con los alumnos de la Universidad Europea de Canarias.

En palabras de Servando, mediante el proceso creativo tradicional, los alumnos hacen maquetas a mano, las introducen en softwares 3D, imprimen las piezas y, a la vez, pueden interactuar gracias a sensores. Todo ello gracias a una tecnología de la que, reconoce Valentín, hay muchos ciudadanos que todavía no conocen sus posibilidades y piensan que su coste es "desorbitado".