El vocal de la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (Anecpla) en Canarias, Sergio Chinea, señaló ayer, en una jornada celebrada en Las Palmas de Gran Canaria, que la demanda de estos servicios ha descendido en los últimos años debido a la crisis económica. "Aunque se siguen solicitando, hay que decir que en los últimos años ha caído la demanda de los servicios de este tipo de empresas por parte de particulares debido a la crisis económica", apuntó.

El encuentro también sirvió para recordar que los principales problemas a los que se enfrenta el sector de control de plagas se centran en la "falta de comunicación" entre las empresas y la administración, la excesiva atomización, el nacimiento constante de nuevas empresas, la bajada continuada de precios con el "consiguiente deterioro" en la calidad de los servicios ofrecidos y el "desprestigio" del sector, así como el desconocimiento general de la normativa.

En Canarias existen 132 empresas dedicadas al control de plagas urbanas, de las que 78 están en la provincia de Las Palmas. Prestan sus servicios, principalmente, a la industria turística y a los sectores relacionados con ella, tales como los hoteles, la restauración o la industria alimentaria, entre otras.

La principal plaga que hay en el Archipiélago es la de las cucarachas. Esto es debido a su "facilidad de adaptación" y a su resistencia a los insecticidas aunque, fundamentalmente, a las "bondades climatológicas" de la región, con temperaturas "suaves y cálidas" durante casi todo el año, lo que provoca que los ciclos de reproducción sean los más cortos en cada especie. A ello contribuye la situación geográfica, ya que Canarias "es un puerto estratégico" en el paso de mercancías y la distribución a distintos continentes, un factor que también influye.

En los últimos años se ha producido un "importante aumento" de la presencia de chinches de cama, especialmente en el sector hotelero, y de arañas. En el caso de los primeros, respondería al "enorme" tránsito de turistas, mientras que los arácnidos han dejado de convertirse en ocasionales para ser "muy abundantes" dentro de viviendas y locales.