Raúl Cámara se convirtió ayer en el protagonista inesperado de la actualidad del Tenerife. Y lo hizo por una buena noticia.

¿Cómo se siente tras haber ampliado la duración de su contrato con el club?

Estoy muy contento. Todo ha sido muy fácil. En la Isla me siento muy a gusto y mi familia se encuentra francamente bien aquí. Además, esperamos una niña en menos de un mes y quería quedarme. Por otra parte, el club también deseaba mi continuidad. Hubo ganas por las dos partes y estoy feliz. Me siento valorado y querido. Me hubiera gustado vivir este momento en otras circunstancias, pero esperamos cambiarlas.

¿Es el premio al trabajo bien realizado?

Mi trayectoria fue más irregular la temporada pasada. Me costó un poco adaptarme, las lesiones me mermaron y me costó coger mi nivel. Pero estoy acostumbrado a trabajar y a sacrificarme. Siempre he creído en ello, porque nunca me pusieron las cosas fáciles. Por eso es reconfortante saber que un club como el Tenerife quiere contar contigo. Te quedas con la satisfacción de haber hecho bien las cosas y de habértelo currado. En ese sentido, estoy feliz y, sobre todo, con muchas ganas de devolver la confianza que han puesto en mí con rendimiento, implicación y compromiso con el Tenerife.

Su decisión de seguir demuestra que está seguro de que el equipo irá hacia arriba...

Por supuesto que confío en ello. Creo en el potencial del equipo y en el proyecto. De haber tenido dudas, no habría aceptado.

¿Cómo ha vivido estos últimos días?

Fueron de los más difíciles que he pasado aquí por la situación, por la crispación, porque llegué al vestuario y vi caras muy tristes y a la gente descontenta... A nadie le gusta que el ambiente esté tan crispado y que, en este caso, se vuelque todo hacia el míster, hacia ciertas personas. Quizás el jugador se siente un poco responsable porque no llegan los resultados. Esta crispación le está pesando al equipo y le pone las cosas un poco más fáciles al rival. En este caso, hay ganas de cambiar la situación.

¿El de este sábado será un partido más?

Es uno más. Es el segundo de la segunda vuelta y luego quedarán muchos. Pero, tal como está la situación, será importante. Si ganamos, recibiremos un voto de confianza y la tranquilidad que el equipo necesita. Y si perdemos, el equipo se verá más abajo, habrá más críticas y, según vayan pasando más semanas, será todo más difícil: entrenar, competir... Se sumará más presión y será cada vez más difícil llegar al objetivo.

¿La plantilla está con el entrenador?

Sí, por supuesto. Al final, cuando la gente la paga contra el cuerpo técnico y con otras personas es porque nosotros no conseguimos los resultados. Los futbolistas somos los actores principales de esta película, somos los que jugamos, los que tenemos que marcar y evitar los goles; y este deporte vive de los resultados. Si nuestro rendimiento hubiera sido mayor, las victorias habrían aumentado y la gente no habría llegado a este punto de cargar tanto contra el entrenador. En ese aspecto, nos sentimos responsables.

¿Considera injustas las críticas a Cervera?

La afición es soberana, pero nos afecta el ambiente que hay en el estadio. Tener a la afición con nosotros y que nos empuje, es partir con ventaja. En una Liga tan igualado, eso marca diferencias y te da puntos. Con humildad y respeto, le pediría a la gente que tenga un poco de paciencia y que esté con nosotros, porque eso lo nota el equipo. Viví el partido con la Ponferradina en la grada y noté que el estadio estaba frío desde el principio, y eso, por mucha experiencia que tengas, lo percibe el futbolista. Tenemos que estar todos más unidos. La afición está en su derecho de expresar sus quejas al final del partido si el equipo no compite, pero durante el juego necesitamos su apoyo.