Un consorcio internacional de empresas, institutos tecnológicos y universidades ha diseñado una terapia que, con un tratamiento mínimamente invasivo, permite corregir la curvatura de la columna a menores afectados por escoliosis idiopática del adolescente (EIA).

Este consorcio, coordinado desde Valencia, ha desarrollado el Proyecto StimulAIS con el fin de introducir tratamientos alternativos para la EIA que se basen en la electroestimulación de los músculos rotadores paraespinales profundos, una técnica conocida como estimulación eléctrica funcional (EEF).

El consorcio está formado por las pymes Tequir (Valencia) - Coordinador del proyecto-, Synimed (Francia) y Bentronic (Alemania), así como por el Instituto de Biomecánica de Valencia-IBV (Valencia), la Universidad Católica de Valencia-UCV (Valencia) y el Instituto Fraunhofer-IPMS (Alemania).

Uniendo su experiencia, este proyecto financiado por la Unión Europa (UE) ha logrado desarrollar los primeros prototipos del dispositivo que podrá suministrar el tratamiento de EEF, según informa el IBV en un comunicado.

Según los responsables de Tequir, empresa española especializada en innovación de tecnologías médicas en los campos de la columna vertebral, ortopedia y traumatología que coordina el proyecto, "la unidad debe permitir proporcionar tratamientos personalizados para cada paciente".

"Está fundamentalmente dirigida a mejorar los resultados actuales, es decir no sólo inhibir la progresión de la curvatura, sino también potencialmente corregirla significativamente", han añadido.

El proyecto ha desarrollado un dispositivo programable para sensar y estimular los músculos clave, así como el software para modularlo satisfaciendo los umbrales de seguridad integrados.

Para implementar el dispositivo, se ha desarrollado el instrumental quirúrgico mínimamente invasivo, apropiado para poder implantarlo de forma subcutánea.

Los hallazgos alcanzados en la fase de investigación han permitido incorporar un protocolo de estimulación que permite que el dispositivo se adapte en tiempo real a los datos que recibe haciendo que los tratamientos sean más eficaces.

"Nuestra propuesta está significativamente más cerca de su comercialización", según las fuentes, que añaden que el próximo objetivo del consorcio es producir un prototipo "plenamente operativo, compatible con los objetivos actuales de prestación sanitaria, en términos de mayor ratio eficiencia-coste"

La EIA es una enfermedad que provoca una curvatura anómala de la columna vertebral, cuyo tratamiento actualmente incluye el uso de corsé y la cirugía, ambos con distintos efectos secundarios perjudiciales para los pacientes.

Afecta al dos o tres por ciento de los menores de edades comprendidas entre los 10 y 16 años y es más frecuente en niñas, con una proporción de 10 a 1.

Además de los signos físicos derivados de la visible deformidad vertebral, la EIA puede provocar trastornos psicológicos y problemas emocionales (baja autoestima o mala auto-imagen corporal) que reducen considerablemente la calidad de vida de los pacientes.

Aunque el corsé ha sido un pilar básico en los tratamientos no-quirúrgicos de la EIA durante casi 50 años, algunos estudios sugieren que esta técnica sólo es capaz de detener la progresión de la curvatura, pero no tiene la capacidad de reducir la deformidad.

Además, los pacientes que desarrollan curvas de la columna de gran magnitud, o aquellos que muestran una progresión rápida y significativa de la curvatura, suelen requerir una cirugía muy agresiva.

Carlos Barrios, director del Instituto Universitario de Investigación en Enfermedades Músculo-esqueléticas de la Universidad Católica de Valencia, ha explicado que estudios recientes proporcionan pruebas que abren posibilidades a tratamientos alternativos.

"Recientes hallazgos muestran que la EIA es una expresión musculoesquelética de un trastorno del sistema nervioso central; es decir, es una enfermedad neurológica" explica Barrios.