En seis semanas dará un concierto en el Pabellón Insular Santiago Martín de La Laguna (14 de marzo / 21:00 horas) para cubrir la apuesta más difícil de todas las que ha llevado a cabo Búho Producciones. En medio de un parón mañanero en el corazón de La Habana, el compositor y cantautor Pablo Milanés (1943) conversa telefónicamente de una vuelta que ya visibiliza con cariño. "De España me cuesta elegir un lugar donde no me sienta cómodo. Es mi segunda casa, pero es que cuando piso Canarias no tengo la sensación de que me haya ido de mi país", cuenta el artista de Bayamo (Gramma).

¿Qué supone volver a las Islas?

Un reencuentro cultural y espiritual con una tierra que está conectada con la historia de Cuba.

¿Cuáles son las claves que va a manejar en La Laguna?

Voy con "Renacimiento", un tour en el que enseño un poco de trova, feeling, son y otros ritmos populares que nada tienen que ver con la música de poca calidad que se hace hoy en día. Una experiencia en la que voy a mostrar lo que he sido y lo que soy.

Eso es un "torpedo" en toda la línea de flotación de la música que se hace hoy en día, ¿no?

No a toda, pero sí a una gran mayoría... La música actual carece de unos criterios de calidad para fijar qué es lo que vale la pena y qué es lo que hay que dejar pasar porque nunca se tenía que haber creado. Pero eso no es culpa de los artistas, que continúan teniendo el mismo talento y corazón de siempre. Los culpables de que la cosa esté mal son otros; los que ponen el dinero han estropeado el negocio. Además, los medios de comunicación dominan las mentes de los consumidores (silencio).

¿Qué le dice su experiencia; hay opciones de volver a un modelo menos "agresivo" desde el punto de vista comercial?

Yo creo en los ciclos y sé que los pueblos se cansan... Algún día no van a aguantar más mediocridad y volverán a escuchar música.

Usted no parece cansado de la música.

Ni yo, ni muchos compañeros de mi generación, pero detrás de nosotros vinieron miles de cantantes que no pudieron ser escuchados. Esas voces solo sonaron en los tocadiscos de sus casas porque nadie les hizo caso. Son y eran espectaculares, pero por desgracia las discográficas los olvidaron. A la industria de hoy no le gusta lo imperecedero; prefiere fabricar ídolos de barro que mañana no existen. En cuanto uno muere, en el sentido figurativo, ya tienen un recambio.

¿Tiene muchos amigos que se quedaron aislados en esos eclipses artísticos?

En Cuba conozco a unos cuantos y fuera de mi país también los hay, unos pocos.

¿Hay que reformular las bases de la Nueva Trova Cubana?

Sería lo recomendable porque ahora mismo el Estado es el responsable de lo que programan las emisoras de radio y televisión, es decir, el causante directo de la mala política cultural en Cuba en relación a la música popular. Eso sí, por lo menos ha sabido admitir esta metedura de pata y está dando marcha atrás. El problema es que ha dejado que los jóvenes se metan tanto en un modelo que no sé si llegamos a tiempo de salvarlos... La música basura está haciendo mucho daño.

¿Molesta que esas nuevas generaciones no quieran conocer lo que hace Pablo Milanés?

Cuando me enfrento al público me siento un triunfador. Lo que menos me importa en ese instante es si hay diez personas o diez mil. La sensibilidad que percibo desde el escenario es lo que me da ganas de seguir adelante.

Muchas "maletas" repletas de talento abandonaron La Habana, ¿no?

Muchos músicos de calidad se tuvieron que ir, pero aquí nos quedamos unos pocos... Cuba tiene la suerte de haber fabricado a un montón de buenos músicos que forman parte de una larga tradición. Esto no es una casualidad.

El mundo de la cultura cubana tuvo que tomar decisiones políticas que generaron unas fracturas que siguen abiertas.

La decisión que adoptó cada uno fue espontánea, pero es cierto que el Estado rentabilizó los posicionamientos que le eran fieles. Cada cual fue libre de alinearse en un lado u otro...

¿Qué le resta por aprender?

Muchas cosas. El que observa la cotidianidad de este mundo se queda frío cuando analiza lo que pasa cada día y cómo estábamos hace cinco años. Esa evolución se nota en lo cultural, en lo político y hasta en lo espiritual. El vértigo tecnológico en el que nos hemos metido no nos da tregua (ríe)...

¿Y se ha tenido que reinventar muchas veces?

Reinventar no; ponerme al día. Yo solo cojo un lápiz y escribo canciones; todo lo demás lo hace mi equipo de trabajo: ellos convierten en algo tecnológico lo que yo pongo en un trozo de papel.

¿Qué importancia le da a la palabra?

No le doy una dimensión poética total, pero una buena canción debe estar envuelta en palabras que transmitan un mensaje. Por lo menos tiene que tener una orientación social hacia las personas que la escuchan. El trovador ha nacido para ser un cronista; es un periodista que cuenta las cosas con otro ritmo (sonríe)... Un hacedor de canciones, tiene que tener en cuenta el ritmo, la armonía, el género, el aire, el peso que tiene cada palabra.

¿Cómo está viviendo los acercamientos diplomáticos que están realizando Cuba y Estados Unidos?

Ya me extrañaba a mí que no me preguntara por eso (ja, ja, ja)... ¿Me la guardó para el final? Que haya relación entre Cuba y EEUU lo veo bien, pero a Estados Unidos tiene que matizar cómo va a mirar a Cuba y Cuba tendrá que matizar cómo será su relación con EEUU. Tienen que existir concesiones por ambos bandos: unos para dejar que el pueblo cubano demuestre su inteligencia en libertad y otros para no herir.

¿Una metamorfosis con cautela?

Algo parecido, pero eso no significa que se acabaron las denuncias. Hay que seguir luchando en lo social, en lo sindical, en lo cultural... Esto va a ser largo y no sé si llegaré a tiempo para verlo, pero los cambios políticos en Cuba me los hacen poquito a poco; sin prisas y con buena voluntad.

¿Ese cambio de registro modificará sus posicionamientos?

No lo creo. Esto solo está recién comenzado y créame cuando le digo que esto no se va a solucionar pronto. Nos podemos sentar un rato a ver qué pasa. No va a ser fácil hacer feliz el pueblo cubano, el de allá y el de acá, pero hay que limar problemas.

las cifras

1943 Nace en Bayamo, capital de Gramma, y se convirtió en uno de los fundadores -junto con Silvio Rodríguez y Noel Nicola- de la Nueva Canción Cubana. Su gusto por el "feeling" es una de las constantes en sus discos.

1965 Fue el año en el que editó "Mis 22 años", un disco que creó un nexo entre los dos géneros que más marcaron una carrera discográfica en solitario en la que publicó 43 álbumes.

1970 Es el punto de partida de una carrera internacional que ya ha propiciado casi un centenar de giras por todo el mundo. "Cada vez que voy a Canarias hallo una comunicación entre isleños que no se da en la Península. España en su totalidad es mi casa, pero esas Islas son especiales", agradece Milanés.

Escuche aquí el tema "El breve espacio que no estás" interpretado por Pablo Milanés.