Comentando el tema de la incidencia del turismo nacional en Tenerife, hemos leído en estas páginas de EL DÍA unas declaraciones al parecer emitidas desde ASHOTEL, así como varios comentarios que aclaran poco la situación, lo que nos lleva intentar despejar en algo un tema que para nosotros tiene una fácil explicación.

Quedan muy lejos los tiempos en que los peninsulares venían a las islas a ver bajar los monos de los árboles o a tomar el sol en playas tropicales rodeados de cocoteros, como en muchas ocasiones nos comentaban muchos conocidos de aquellas tierras en nuestros periplos peninsulares. Estas islas eran un paraíso exótico donde podían existir no solo monos, sino culebras, tigres, y no sé qué poco de cosas más.

Fueron los tiempos en que se hizo una promoción de las islas muy bien estudiada, en la que incluso se publicaron páginas enteras en los principales periódicos de la Península Ibérica, en las cuales se aclaraba muy bien que en el verano aquí nadie se "asaba" -como en Madrid, por ejemplo-, ya que se tenía la idea allá de que si en el invierno el clima era primaveral, en verano tenía que ser terriblemente caluroso.

Aquellos tiempos ya pasaron y no queda un taxista de Madrid -sigo con el ejemplo- que no haya venido alguna vez a Canarias, él o su familia. Canarias ya es un destino conocido para los peninsulares como hemos comprobado personalmente en multitud de lugares de casi toda su geografía.

El tema planteado ahora sobre la poca demanda de ese turismo llamado nacional está directamente relacionado con los precios y la mala promoción que se hace de las islas en el territorio peninsular.

No es de recibo que en la FITUR se presente un espectáculo circense con barras niqueladas y artistas de variedades, como algo típico de Canarias. Ese no es el camino ni es nada representativo que nos pueda atraer el turismo. Lo mismo se puede decir de toda una parafernalia de folletos, afiches, etc., que confunden y se dan de patadas con la promoción de calidad, por ejemplo, del Loro Parque y el Siam Park, por irnos a lo más relevante.

Quizás la clave de todo esto nos lo está ofreciendo la promoción de la isla de Gran Canaria, con el aumento de su turismo nacional de un 8% en el pasado año 2014. Su "stand" propio en la FITUR, desde hace cuatro años, puede que diga algo sobre el particular.

La promoción que se hizo en su día con el célebre tren que recorrió la Península está ahí latente, así como sus resultados. Las muestras de nuestras bellezas naturales, nuestro folclore y nuestra gastronomía entraban por los ojos a nuestros posibles turistas, al igual que las escenas de playas soleadas llenas de luz, colorido, y sus 18 grados, que se proyectaban en la FITUR. Lorenzo Olarte y Miguel Zerolo puede que sepan algo de esto...

El tema precios es, desde luego, fundamental. Aquí parece que patina la información a la que nos referimos. Necesitamos de los buenos precios para que se impulse el turismo nacional. No podemos esperar que aparezcan primero las plazas aéreas y después los viajeros. No es esa la forma de negociar el problema, y los que viven alrededor del desarrollo del turismo lo saben muy bien. Intentar hacerse el ignorante ante el gran público no es el sistema. Hay que dar la cara. Saber negociar y hacerlo bien, y a propósito para que sirva para todos.

El contacto con los touroperadores y la creación de unos programas atractivos se ha abandonado. Hay que recuperar todo lo perdido... No todo va a ser el IMSERSO.