El Consejo Insular de Aguas ha invertido 30.000 euros en las obras de encauzamiento de un barranco, denominado Chícharra, en el municipio de la Villa de Mazo, con el objetivo de frenar la velocidad con la que el agua corre por su cauce cuando se producen fuertes lluvias, con riesgo de desbordamiento que en caso de producirse afectaría tanto a los caminos de la zona como a las distintas viviendas que se encuentran en los alrededores.

Desde que se produjo un grave incendio en agosto de 2012, esa zona se ha visto degradada y erosionada por los caudales producidos por diversos fenómenos meteorológicos adversos que han tenido lugar en Mazo. El desgaste ha causado el desplome de gran parte del talud de la ladera norte del cauce del barranco y la erosión estaba permitiendo que en algunos puntos se produjeran sobreelevaciones importantes de la lámina de agua y, con ello, aumentara el peligro por inundaciones y la afección en infraestructuras secundarias de comunicación y daños de carácter medioambiental.

El vicepresidente insular y responsable del Consejo Insular de Aguas, Carlos Cabrera, explicó que con las obras de encauzamiento realizadas, consistentes básicamente en la construcción de un muro en un tramo del barranco, "hemos conseguimos minimizar el riesgo, especialmente para las personas que residen en los alrededores".