El CD Tenerife entró a toda prisa en la "era Agné". Sin tiempo que perder. El nuevo entrenador llegó a la Isla justo cuando nacía el día de ayer. Le esperaba una jornada frenética, con mucho trabajo por delante: dos entrenamientos y su presentación como asuntos más destacados de su recién estrenada agenda como técnico blanquiazul.

Raúl Agné pisó el césped del Heliodoro a las 10:30 horas. Chandal rojo, con pantalón negro, y gorra del club. A su lado, el resto del nuevo equipo técnico: Antonio Masferrer, preparador físico y su hombre de confianza, y el tinerfeño Fabián Rivero, que vuelve al club para ser segundo entrenador. Además, dos de los ayudantes de Cervera, Zeben Ortiz, que se seguirá ocupando de los porteros, y el readaptador Iván Méndez.

Fue Masferrer quien llevó el peso de la práctica tras la charla inicial de Agné. El encargado de cuidar la puesta a punto de los futbolistas activó sin demora una sesión que avanzó con un ritmo alto y mucho dinamismo, tal como quiere el técnico que se comporte el equipo en los partidos. Luego tomó el mando el entrenador: ejercicios con balón para empezar a pulir un estilo que, de entrada, obliga a los futbolistas a combinar, a mover el balón rápido y, sobre todo, a no perderlo para, en el instante justo, lanzar el ataque.

Como si de una pretemporada exprés se tratara, Raúl aprovechó cada instante para corregir -llamando a cada jugador por su nombre- y exigir otra actitud a los blanquiazules, incluso de manera enérgica en más de una ocasión. Casi todos los ejercicios tuvieron alguna pausa, al grito de "stop", para que el míster aportara los matices necesarios. A medida que el grupo captaba las ideas, la sesión avanzaba con más fluidez hasta completar dos horas de trabajo.

En cuanto a esquemas y dibujos tácticos, la práctica dejó algún indicio: cuatro defensas, dos volantes, dos extremos, un mediapunta y un delantero centro. Eso sí, aún es pronto para averiguar qué "once" opondrá al Girona.

Tras la doble sesión de ayer, Agné debutará hoy en El Mundialito.