La máxima que originó la colectiva "Detritus" fue jugar con la dualidad vida-muerte, conceptos cuyas consecuencias en la materia viva reanimaron la imaginación de media docena de artistas canarios que aceptaron el reto de proponer sus reflexiones plásticas en torno a esa idea central.

El resultado de la experiencia, en la que se embarcaron Luis Alberto Hernández, Elena Lecuona, Tarek Ode, María Teresa Febles, Abel Hernández y Pedro Trujillo, se puede comprobar en la sala MAC en Santa Cruz hasta el 27 de febrero.

Son una treintena de piezas, entre pinturas, esculturas-instalación, fotografía y obra gráfica, en las que se observan coincidencias temáticas, además del uso de una gama de colores que evocan decrepitud y descomposición, la representación de animales muertos, en huesos o en proceso de putrefacción. Algunas resultan repelentes por su contenido y reflejan esa parte de la realidad a la que en ocasiones no se mira de frente.

Luis Alberto Hernández da en la diana con su obra. Con su peculiar ironía y capacidad de provocación presenta siete pinturas dominadas por la muerte en su máxima expresión, los huesos, además de los excrementos artificiales. Utiliza el óleo sobre lienzo y arpillera para evocar en sus composiciones, algunas de ellas con volumen, la mierda, cráneos, espinas o huesos a los que dota de patas para caminar. Descata una pintura- instalación, un cochino abierto en canal, cuya sangre cae sobre una bandeja situada en el suelo, con varios órganos flotando y el texto "detritus".

Tarek Ode presenta varias fotografías y algunos objetos, como un cuadro con fondo y marco negro en el que ha clavado una caballa real, con olor incluido, que se descompondrá durante el tiempo que dure la exposición. También presenta una caja negra con una papaya fresca en su interior.

Lecuona participa con media docena de óleos sobre tabla en los que refleja la muerte con calaveras incluidas. Trujillo participa con "Galgo abandonado", un perro decrépito que espera a la muerte, y "Crucifixión", una percha de la que cuelga una pata de jamón ya en hueso, entre otras piezas.

Abel Hernández propone una obra que reproduce el esqueleto de un coxis y varias "esculturas" que rondan en torno a la idea de basura; mientras que Febles aporta una serie, "muy frágil", contra el maltrato y la explotación infantil.