El mismo fin de semana en el que San Valentín invita al romanticismo, las salas de cine se llenan de usuarios dispuestos a descubrir el grado de erotismo de la adaptación del superventas "50 sombras de Grey", al que expertos sólo le atribuyen que ayude a eliminar tabúes sexuales.

La trilogía de la novela erótica de la británica E.L. James y su adaptación al cine, que se estrenó ayer con entradas agotadas y revuelo en las salas de todo el país, se han convertido en tema de conversación no libre de críticas por la presencia del sadomasoquismo y otras prácticas sexuales narradas al detalle y por entregas en tres tomos.

La investigadora del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada Nieves Moyano, autora junto a Juan Carlos Sierra de estudios sobre las fantasías sexuales a las que ha dedicado su tesis doctoral, ha detallado que la trilogía "sin aportar nada a la literatura erótica", sí ha servido para desterrar tabúes.

"Todo el éxito ha servido para eliminar prejuicios y reconocer más abiertamente que se puede leer este tipo de literatura o cine, también las mujeres, a las que socialmente se les ha recriminado más", ha explicado Moyano.

Así, el mayor triunfo de Grey y sus sombras sexuales reside en aportar luz, eliminar tabúes y normalizar el hecho de que se hable, también ellas, de anhelos, posturas, sueños o aventuras con mayor o menor carga erótica.

Esta investigadora ha destacado que la literatura erótica ofrece la posibilidad de activar la imaginación y la considera recomendable "para favorecer y enriquecer la propia sexualidad, despertar el deseo sexual y las fantasías, siendo todos ellos indicadores que favorecen la salud sexual".

Moyano ha destacado que mantener sueños eróticos ayuda a estar concentrado durante las relaciones y disfrutar más de ellas, despierta el apetito sexual y sirve de ensayo mental para que la posterior puesta en práctica permita un mayor disfrute.

"Otra cosa son las prácticas violentas o de abuso, que aparecen cuando no existe consentimiento entre las partes, y que indudablemente traspasarían la barrera de lo considerado sexualmente saludable", ha explicado.

Esta investigadora ha recalcado que "las mujeres tienen una sexualidad tan rica como la de los hombres", un dato que apoya en la investigación realizada por la Universidad de Granada con una encuesta entre 2.250 españoles, cuyos datos apuntaron que hombres y mujeres experimentan fantasías sexuales similares.

"Las fantasías sexuales también pueden ser experiencias que se han vivido, así como imágenes que aún no se han vivido y que se desearía llevar a cabo en la realidad o no, simplemente se quedan en ese mundo imaginario y de fantasía", ha apuntado.

Esta experta ha apuntado que, de manera general, los hombres piensan más en sexo que las mujeres, aunque ha recordado que estudios como el realizado en Inglaterra en 2011 muestran que ellos piensan también más en dormir o comer, lo que indicaría que dedican más tiempo a pensamientos basados en sus propias necesidades que las mujeres.

Sobre las fantasías sadomasoquistas, esta investigadora ha detallado que los hombres suelen experimentar más fantasías en los que ellos se imaginan dominando sexualmente y ellas donde son sometidas sexualmente, aunque estos pensamientos no incluyen necesariamente el deseo de llevar a cabo estas prácticas.

"Los hombres son socializados para ser asertivos, agresivos y competitivos, de las mujeres se espera que busquen vínculos emocionales y sociales", ha apuntado.

Con el foco puesto sobre las sombras de Grey y su erotismo, se rompen tabúes, especialmente en el público femenino, para encontrar también desde los sueños la salud sexual.