La Negra Tomasa va delante. Detrás, a su espalda, una conga marca con soltura el ritmo. Tres filas más lejos, indianos veteranos cargan maletas, ellas llevan paraguas con encajes y un niño sujeta un bote de polvos talcos sobre los hombros de su padre, con los ojos bien abiertos para no perder detalle. El desfile avanza lentamente por la calle Real desde la plaza de la Constitución de Santa Cruz de La Palma, llega a la plaza de España...

El redactor es un veterano (eso de llamarse mayor, duele). De cuando el bar Quitapenas era un refugio. No le pidan ahora que olvide las señas de identidad de la fiesta. Aquellas que bajo su óptica (toda crónica es subjetiva) son las que hacen un guiño más autentico, siempre con guasa inteligente, a los que un día tuvieron que hacer llorando, con rabia, sus viejas maletas, meterse en un barco con mezcla de olores y ver las miradas rotas de sus familiares a mitad del puerto, mientras prometían con los puños cerrados que volverían.

Pero, ¡ojo!, hay fiesta para todos. Eso es lo bueno. La mezcla de gustos y sabores. Tampoco hay por qué vivir pegado a lo tradicional (viejo, si lo prefiere). De ser así, el pantalón de campana hubiera sido eterno, y por fortuna no lo es. Eso, que en las otras calles, apenas a unos metros, vive el indiano más "moderno", que es, para qué engañarse, claramente mayoría. Más joven. Se congrega en la avenida Marítima, la calle Trasera, incluso algunos se meten dentro del puerto para quedarse durante mucho tiempo cerca de sus coches con el maletero abierto... también visten de blanco, llevan polvos talcos y disfrutan, cada uno a su manera, que a la postre es de lo que se trata.

El desfile se metió en la calle Anselmo Pérez de Brito. Sí, aguantó. Llegó a la Placeta y superó la marea que allí disfrutaba de la música, para tirar para la plaza de la Alameda. Había gente comprometida con llegar hasta el barco de la Virgen. Pasara lo que pasara. Un dato: "Sosó" (el hombre que lleva dentro la Negra Tomasa) aún iba delante. Cuando la cosa sale mal, se asquea, se sulfura y se marcha. Para "arrancar", no se lo piensa mucho... Ayer aguantó, en un ejemplo evidente de que algo se está haciendo mejor. No hace mucho, a veces es bueno recordarlo, las autoridades aseguraban que con tanto mogollón era imposible hablar de desfile. Que eso era de otros tiempos. De cuando la fiesta era de pueblo. ¡Mentira! Todo es cuestión de trabajar. ¿Que ya no es igual?, verdad. ¿Que se puede hacer?, comprobado. Suben menos por la calle, ¿y qué?

Mientras aquello ocurría en la principal arteria comercial de Santa Cruz de La Palma, el "cuadrilátero" era un locura. Gente, alguna, bailaba sobre una tarima, otros estaban de fiesta "picoteando" entre los diferentes bares que se entremezclan en las esquinas... pero todos de buen "rollo". Si te dan con el codo, te aguantas. Si el que está al lado te mancha con su copa, te ríes. Lo que toca. Sí, allí se respiró buen ambiente, ejemplo de lo que es ir a pasarlo bien y no a "joder" (con perdón) al prójimo. Lo mismo que ocurría en Apurón, donde Sebas Arrocha (el gran Sebas) mantiene con fuerza el Sputnik. Incluso hubo jóvenes que optaron por montar su picnic en la zona del césped. Bocatas, cervezas... Unos metros más al mar, la avenida Marítima aglutinaba a los que disfrutaron de los indianos sin "empujones". Donde el aire corre con más facilidad. ¿Más sitios para la fiesta?, pues... sí. Por la feria de atracciones también se "perdieron" vestidos de blanco. Eso sí son ganas, con cuatro rones y subidos al "martillo".

¿Ven?, no todo es criticar ni ser un cascarrabias. Al cronista le gusta el desfile, pero se adapta. El acto de los indianos está logrando, a la postre, ser una fiesta para todos. Eso sí, hay normas que cumplir con las que hay que ser menos complaciente. Una, clave: los bares tienen que poner música cubana. No vale Sergio Dalma ni Mocedanes (por ser suave). Eso dice un bando municipal. Nadie, o muy pocos, le hacen caso. Hay mucho "cara".

Ah, ¿cuánta gente había? Dicen que 70.000. El cronista no lo cree.

La UFP habla de alardes de prepotencia en la JSP

El sindicato Unión Federal de Policía (UFP) critica la respuesta ofrecida por el jefe superior de Policía ante la demanda de un subgrupo de la UIP para que reforzaran la seguridad en Los Indianos. El argumento ofrecido por el máximo mando de la Policía Nacional en Canarias fue que "la normativa legal no contempla que una organización sindical tenga competencias en la preparación de y ejecución de los dispositivos". La UFP aclara que no pretende participar en la planificación del plan, sino buscar la seguridad de todos, tanto participantes en Los Indianos como de los agentes. Define la respuesta como "alardes de prepotencia".