El aumento del número de ensayos clínicos en cáncer infantil que se está produciendo en España hace que cada vez haya más opciones abiertas y que menos niños tengan que desplazarse al extranjero en busca de una posible solución para su enfermedad.

Así lo ha puesto hoy de relieve el doctor Luis Madero, jefe de servicio de Oncohematología del Hospital Niño Jesús de Madrid, en una rueda de prensa con motivo de la celebración de una jornada sobre medicina traslacional y ensayos clínicos en cáncer pediátrico.

Cada año se diagnostican en España entre 600 y 700 casos de cáncer infantil y casi el 80 por ciento se cura gracias a los avances producidos en los tratamientos multidisciplinares.

Una tasa de supervivencia alta que, no obstante, "es tan duro como decir que un 20 por ciento de esos niños van a fallecer", ha señalado el doctor Madero.

Aunque la incidencia del cáncer infantil no ha aumentado, sí "hay un pequeño repunte" en adolescentes o adultos jóvenes debido a la mayor supervivencia de los niños. De hecho, uno de cada 600 adultos es superviviente de un cáncer pediátrico.

El doctor Madero ha dejado claro que cuando una familia decide llevar a su hijo a otro país lo hace en busca de algún fármaco que está en investigación, "no de una solución" científicamente probada.

De hecho, los pacientes pediátricos de España "pueden tener la garantía absoluta" de que todos los tratamientos cuya eficacia está demostrada están disponibles para ellos.

"Lo que ocurre es que algunos pacientes en situación de riesgo extremo puedan buscar un tratamiento experimental", ha precisado el doctor Madero, quien ha asegurado que la obligación de los profesionales es conseguir que todas las terapias que están en investigación en otros países estén también disponibles en España.

Precisamente para eso se creó en 2013 la unidad de ensayos clínicos pediátricos CNIO-HNJS, que en dos años de trabajo ha pasado de 9 a 25 ensayos, ampliando la posibilidad de acceder a tratamientos experimentales para la mayoría de cánceres infantiles, ha explicado su coordinador, el doctor Lucas Moreno.

Dentro de la unidad hay ensayos específicos para la leucemia linfoblástica, mieloblástica y el neuroblastoma, además de otros genéricos sobre tumores sólidos, salvo los cerebrales, y otros para pacientes con determinadas mutaciones genéticas.

En este último grupo se encuentran otros tratamientos experimentales para cánceres menos frecuentes como la leucemia mieloide crónica, o muy raros como el tumor GIST, entre otros. Durante este año se espera iniciar ensayos en osteosarcoma, sarcoma de Ewing y tumores cerebrales.

En los 25 ensayos participan 40 niños de todas las comunidades autónomas. Un ratio paciente/ensayo muy bajo que se justifica en el hecho de que el cáncer infantil aunque, en conjunto, es menos frecuente, abarca un abanico de múltiples enfermedades.

El objetivo, ha explicado el doctor Moreno, es que todo paciente en el que el tratamiento convencional no funciona pueda ser incluido en uno de ellos sin necesidad de desplazarse fuera de España.

En los adultos, los tratamientos dirigidos contra dianas moleculares ya han demostrado grandes beneficios en determinados tipos de tumores y ahora se trata de desarrollar esos fármacos en la población pediátrica "que no es como un adulto en pequeño, sino que el niño tiene una entidad y necesidades propias".

Los objetivos en los próximos tres años son ampliar y consolidar la unidad del Niño Jesús con más ensayos first in child (los que por primera vez se realizan en pacientes pediátricos) y lograr una variedad que permita tratar a la mayoría de los niños y adolescentes que no responden al tratamiento convencional o tienen un cáncer de alto riesgo.

Se prestará especial atención a aumentar los ensayos donde se incorpore la biología tumoral y la medicina personalizada en oncología pediátrica.