El Cabildo de Tenerife presentó ayer el primer Plan Insular de Drogodependencias, que también amplía su ámbito a otras adicciones distintas y que nace para un período de ocho años -hasta 2023-.

En rueda de prensa, el vicepresidente de la institución insular y consejero del Área de Bienestar, Sanidad y Dependencia, Aurelio Abreu, señaló que se trata de un "plan pionero" y que tiene en su "carácter participativo" una de sus singularidades.

No en vano, el consejero delegado del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), Miguel Ángel Pérez, resaltó que ha habido cooperación por parte de ayuntamientos, entidades ciudadanas o ampas.

Pérez añadió que, en total, el proyecto incorpora 50 retos para afrontar el fenómeno de las dependencias y las adicciones, y planteó que la "idea" es que todo lo que resulte del Plan sea de forma "consensuada".

Con un costo total de 14.500 euros, la iniciativa irá al pleno de marzo, si bien la próxima semana ya se pondrá en funcionamiento la primera de sus acciones, el programa "Empápate".

Por su parte, el responsable de la empresa que ha realizado el proyecto presentado ayer, Miguel Tomé, agradeció la labor realizada por los técnicos, al tiempo que insistió en que se trata de un trabajo "muy participativo".

Según expresó, se ha visualizado la que se quiere que sea la situación en 2023 y, a partir de ahí, se ha ido trabajando. Uno de los objetivos específicos, agregó, ha sido el de contribuir al beneficio en esta materia de toda la Isla, dado que se trata de un territorio "muy heterogéneo" y en el que hay municipios de desigual población y recursos para abordar el problema.

A ese respecto, el Plan propone a los diferentes planes municipales que se estructuren de igual forma para coordinar las actuaciones adaptadas a los diferentes "ecosistemas, realidades sociodemográficas y peculiaridades" de la Isla. Sobre eso, desde el Cabildo tinerfeño indicaron que la ejecución de lo planificado para abordar el problema de las adicciones requerirá "corresponsabilidad" entre las diferentes organizaciones y colectivos sociales que puedan estar implicados.

Tomé también precisó que a la adicción a las drogas se unen otras más, como a las nuevas tecnologías, a la comida, a las compras, al sexo o al juego.

En otro sentido, comentó que la iniciativa se preocupa en por qué el consumidor acude a esa sustancia, con el objetivo final de tratar de encontrar una solución. Con esa misma finalidad, y según dijo Miguel Tomé, se está trabajando en diferentes ámbitos: educativos, familiares, socializadores o de ocio y tiempo libre.

El Plan Insular de Drogodependencias plantea acciones concretas para dar respuesta a esos 50 retos que se abordan. Es el caso de la sensibilización e información a todos los ciudadanos sobre los riesgos del uso de sustancias capaces de generar dependencia, promover potenciales modelos positivos saludables como referentes de conducta para favorecer procesos de socialización, o la incorporación de actuaciones en todos los proyectos de promoción de salud, entre otras.

A los 14 años

El responsable de la empresa que ha realizado el proyecto, Miguel Tomé, puntualizó que los jóvenes canarios comienzan a experimentar con las drogas ilegales, de media, a los 14 años. Su afirmación parte de una encuesta del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), que analizó el Archipiélago en 2008.

Baja la heroína

Según Tomé, mientras que se ha producido una bajada en el consumo de heroína, entre 2009 y 2013 subieron el alcohol, el cannabis, las anfetaminas y las sustancias con receta médica. Asimismo, agregó que preocupa la experimentación con la segunda de esas drogas en menores de 18 años, a los que suele llevar al fracaso escolar.

Banalización

El experto se detuvo en la "banalización" que se produce con las drogas y en el pensamiento de que "si se consume no pasa nada". De ahí que con el proyecto se vaya a hacer un esfuerzo para abordar esa circunstancia que se ha dado.