Como les prometí, y no soy como otros que incumplen sus promesas, voy a seguir con la comparativa Tenerife-Las Palmas, de la que vengo tratando en mis artículos anteriores. Ya de entrada les digo que les he leído su pensamiento y seguro que se estarán preguntando a qué viene el título de este artículo. Paso a explicarlo. Hace ya una porrada de años me lo dijo Antonio Relea, abogado icodense, padre del dueño del restaurante japonés Kazán, de Santa Cruz de Tenerife, y que ha obtenido recientemente una Estrella Michelín. Concretamente me dijo: "Las raíces del drago llegan hasta la palmera que está a tres escasos metros y dicha única especie botánica es lugar obligado de visita para guiris, nacionales e isleños, y entre los cuales incluyo el elemento canarión. Asimismo, Tenerife, aparte de esta maravilla arbórea de Icod, cuenta en esta misma ciudad con la Cueva del Viento, considerado el tubo volcánico mayor del mundo, aparte de que en su día tuvo un espectacular mariposario.

En lo que atañe a espacios naturales creo que no hay color entre el oasis y "dunas" de Maspalomas y los acantilados de Los Gigantes y el Macizo de Teno en Tenerife, y entre estos espacios naturales qué decir de las Cañadas del Teide y su Valle de Ucanca, y qué deliciosa excursión supone ir a ver los tajinastes en flor sobre los meses de junio-julio. Todo ello sin que podamos silenciar el Parque Natural de Anaga, ese gran desconocido a caballo entre los municipios de San Cristóbal de La Laguna y Santa Cruz de Tenerife, anotando en el haber de Gran Canaria el pinar de Tamadaba y la Caldera de Bandama, vamos, poca cosa. Ah, me olvidaba de los almendros en flor de Santiago del Teide.

Una noche iba yo con mi coche bajando la autopista Laguna-Santa Cruz y la verdad es que el clima era propicio para ver nítidamente la isla de Gran Canaria, llegándose a vislumbrar claramente hasta las luces del paseo de Las Canteras, dándome la impresión como que la podías tocar. A continuación, hay un largo silencio dentro del automóvil y un amigo "coñón" que iba en la parte posterior, y que sin duda estaba en "vena", dice: ¡¡Qué querrán ahora!!

Y termino dándoles a conocer paso a paso lo que hace un canarión un día cualquiera cuando decide con su familia venir hasta Tenerife desde Agaete con coche incluido. Agarra el primer barco tempranito para tener más horas, sabiendo que regresará en el último. Primero, visita al Cristo de La Laguna, compra lotería; luego, va a comer costillas con piñas y papas a Casa Tomás, en El Portezuelo. A continuación, como un "tiro", al Loro Parque, en el Puerto de la Cruz, y de nuevo al coche para coger el Fred. Olsen más contentos que el Quico.