La figura humana y su gestualidad son los pilares básicos de la obra de la artista canaria Ana Lilia Martín (1963), que presenta hasta el próximo 7 de marzo, en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz, medio centenar de piezas, entre esculturas, dibujos, relieves y collages, que ofrecen un recorrido por su trayectoria creativa durante tres décadas.

"En la exposición he hecho como una mezcla de mi obra. En la parte baja hay piezas representativas de todas las etapas de mi trayectoria, que ya son treinta años de trabajo, y pertenecen a distintas series. Todas ellas tienen un hilo conductor, que es la figura humana y concretamente el desnudo, que es lo que yo trabajo. Luego en la parte alta he distribuido las de última creación, tanto obra escultórica como dibujos, que también son una mezcla, un mestizaje entre lo que es la figura humana y la figura animal. Hay una especie de hibridación que representa ese antagonismo, esa dualidad que creo existe siempre en el ser humano. Es un montaje de gráficos que van en la pared y luego hay varias piezas centrales".

La artista, cuando se refiere a esta serie, se identifica plenamente con unos textos escritos para la exposición por José Aníbal Campos, en los que cuestiona asuntos como: "¿Cuándo olvidamos que nuestro tan banalmente ensalzado repertorio de posturas y gestos tiene correspondencias perfectas en el mundo animal? ¿Cuándo empezamos a pasar por alto que esta mano de aspecto delicado fue también -es también- una garra?. ¿Cuándo que el pavoneo tiene un lenguaje que flota muy por encima de la mera e insuficiente expresión verbal?".

Desde que esta creadora empezó a plasmar sus inquietudes plásticas en diferentes soportes se decantó por la figura humana y el desnudo como pretexto central, tanto en cuerpo entero como en fragmentos. "No sé porqué exactamente, aunque algunos me dicen que parece que estoy obsesionada. Realmente no creo que sea una obsesión, es al contrario quizás, porque es lo más cercano que tenemos, porque todos los días me sorprende. Es un mundo lleno de expresión, de comunicación. Todavía sigo trabajando con ella. La figura humana me plantea interrogantes todos los días, quizás es lo que me atrae de ella".

En este sentido, aclaró que "creo que es ir contracorriente, porque me comentan que salgo un poco de la tónica, porque todo el mundo va buscando el canon de la belleza, pero yo creo que la belleza está en todos los lados. Yo trabajo personas gruesas, obesas, porque tienen mucha plasticidad. Creo que la belleza está ahí, en la expresión corporal, en esa verdad interior de las piezas. El tema de la perfección no sé hasta qué punto es para todos igual, lo digo entrecomillado. El tema de la belleza clásica siempre ha estado presente en mi obra (...). Creo que es de lo que me nutro, pero luego se trata de darle un vuelco".

Ana Lilia Martín asegura que no sabe a ciencia cierta hacia donde evoluciona su obra, pero está satisfecha porque toda su producción tiene un hilo conductor definido a lo largo de su trayectoria.

"Creo que, a pesar de ir contracorriente, de no seguir un poco las modas en el arte, estoy contenta de haber seguido un camino que creo que es serio y sincero. Que gusta más o menos, yo no me meto. Realmente estoy trabajando la figura humana. No sé si en un futuro me seguiré decantando por ella o me dará por ir por otros derroteros, pero tampoco me lo planteo. Ahora mismo lo que pretendo es resolver todos esos interrogantes que me plantea la figura humana. Tampoco me preocupa si no sé por dónde voy a tirar".

Esta peculiar artista ha experimentado multitud de materiales para la realización de sus creaciones, desde la madera, piedra, bronce, hasta sintéticos, como las resinas y poliéster, entre otros muchos. "El material es una parte muy importante dentro de la escultura. Hoy en día, en el que las tecnologías son más acuciantes, creo que hay volver un poco al tema de la materialidad en la obra. Me gusta ese contacto íntimo con la obra hasta el final. Yo el proceso lo llevo todo hasta el final, desde que generas la idea hasta que la haces. He trabajado con aluminio, bronce, resinas, maderas acrílicos, poliéster... No es que te diga la manera en que tienes que realizar la obra, pero sí está íntimamente relacionado con lo que tú quieres decir. Creo que hay que tener un respeto por el material, conocerlo, saber cómo se comporta y respetarlo. Esa simbiosis funciona entre lo que quieres hacer y lo que el material te permite".

Ana Lilia

Martín

escultora, pintora y profesora de arte