Los vestigios permiten constatar que la zona en la que se asienta Charco del Pino estaba habitada por los aborígenes. La montaña que dio nombre al lugar, Chiñama, fue un punto elegido por los primeros pobladores de esta zona que Granadilla de Abona se anexionó en 1798. Hasta entonces, el caserío formó parte de Vilaflor.

Chiñama fue, al tiempo, Charco del Pino en el siglo XVI, si bien los historiadores indican que se trataba de un topónimo descriptivo. La localidad se encuentra a menos de 3,5 kilómetros del casco urbano de Granadilla de Abona, a una altitud media de 750 metros sobre el nivel del mar, siendo la entidad de población granadillera más cercana al municipio de San Miguel de Abona.

Charco del Pino ha sido siempre, incluso en la época contemporánea, un pueblo agrario. El sector primario está intrínsicamente ligado al devenir de esta localidad, siendo el motivo fundamental de su crecimiento constante.

La calidad de sus producciones y la comercialización de las mismas contribuyeron al desarrollo de un pueblo en el que, además, se da la circunstancia de ser un lugar apetecido por habitantes de otros pagos y municipios, sobre todo de San Miguel de Abona.

Pero el hecho de formar parte de la comarca en la que comienza la actividad turística y comercial más importante del Sur de la Isla también hace que haya una parte de su población contratada como mano de obra en otros lugares de la Isla y en sectores tales como el turismo y en la Administración pública.

Escuchar quejas en Charco del Pino es tan normal "como el cualquier otro lugar, en cualquier pueblo. Tenemos necesidades, nos hemos sentido aislados, pero este tiempo no es como el de antes", dice uno de los ancianos del lugar.

El tramo de la carretera general del Sur que llega a la localidad tiene una parte inicial (salida del casco urbano) "que necesita una mejora clara" , pero luego hay otra, especialmente al paso por los centros académicos (los más importantes de la medianía), que está en muy buenas condiciones. Y ese era uno de los grandes problemas.

Para el ejercicio económico en curso, el ayuntamiento contempla actuaciones en materia de acerados, la instalación de pasos elevados, el asfaltado de la parte alta del barrio, el refuerzo de las líneas energéticas de media tensión, la retirada de un transformador en la zona de El Bailadero y la canalización eléctrica para suministrar al futuro colegio (CEIP) del pueblo.

Sí, porque aunque en el margen Este de Charco del Pino están el CEIP Granadilla y el IES Granadilla, en consonancia con lo que plantea la población residente el gobierno municipal ha trasladado demandas a otras administraciones para el barrio. Del Gobierno de Canarias (Consejería de Educación) piden un nuevo CEIP, cuyo proyecto está en fase de elaboración y se espera disponer de él durante este año.

Del Cabildo, también se reclama la construcción (terminación, en este caso) de la rotonda de Los Llanos.

Charco del Pino cuenta con dos vías principales: la C-28 lo delimita por el Norte, si bien una parte de la localidad se encuentra por encima de esa cota; y por la TF-647, que discurre entre Los Llanos y Las Zocas (San Miguel de Abona), que sirve de límite Sur del pueblo.

Una de las infraestructuras principales es el Centro Cívico y Social, que está en uso solo como velatorio. Consta de dos salas acondicionadas con luz, agua, cocina y baños y está habilitado para albergar dos féretros al mismo tiempo.

Nombre y situación

Chiñama fue el nombre originario de esta localidad surgida en la época aborigen. La montaña que preside lo que fue un pago de Chasna sirvió para bautizar al lugar hoy conocido por Charco del Pino, entonces tenido por un topónimo descriptivo. A 750 metros sobre el nivel del mar, la localidad se encuentra a menos de 3,5 kilómetros del casco de Granadilla de Abona.

Población

Su carácter agrícola no ha cambiado desde su nacimiento. Eso le ha permitido un constante y permanente crecimiento que todavía se mantiene, llegando a reunir en la actualidad a 2.552 habitantes.

Reseña histórica

Los aborígenes poblaron la zona, de lo que dejan constancia los hallazgos arqueológicos registrados alrededores de la Montaña Chiñama. El caserío surgió durante la colonización (principios del siglo XVI) como pago de Chasna, habiendo sido concedidas las tierras de Chiñama durante el repartimiento a Fernando García del Castillo, capitán de caballería durante la conquista de la Isla. En 1798 el pago se separó de Vilaflor, siendo anexionado al término de Granadilla de Abona.

Servicios

La localidad cuenta con los colegios públicos Charco del Pino y Granadilla de Abona, el Instituto de Enseñanza Secundaria Granadilla de Abona, un centro cívico y social, los centros culturales Charco del Pino y Tercera Edad Virgen del Pino, un teatro-cine, un polideportivo y un campo municipal de fútbol, Correos, dos farmacias, banco, el centro de Desarrollo e Interpretación y el centro de Rehabilitación Toxicómana Las Crucitas y el mirador de Chiñama.

Fiestas

San Luis Rey y a la Virgen de las Nieves, en agosto, y la Concepción, en diciembre.

La iglesia

Hacia 1690 fue construida la primitiva ermita de San Luis Rey de Francia, fundada por los hermanos Luis, Ana e Isabel García del Castillo, vecinos de Vilaflor, de cuya iglesia parroquial dependió la ermita hasta 1735, en que es agregada a la parroquia de San Antonio de Padua.

LA RADIOGRAFÍA

EL lugar