Tenemos lo que nos merecemos. Pues no. Canarias no se merece una clase política como la que esta última semana ha impedido que se eligiera al Consejo Rector de la RTVC. No se puede jugar de esta forma con las personas ni tomarles el pelo tan descaradamente. Las justificaciones dadas hasta ahora para detener el proceso de elección del nuevo Consejo y posteriormente al director del ente público no se sostienen. Si antes de celebrarse la Comisión Parlamentaria que debía verificar la idoneidad de los candidatos, todos ellos de sobra conocidos, existía un acuerdo entre las tres principales fuerzas políticas (CC, PP y PSOE), ¿por qué los socialistas se rasgaron las vestiduras al escuchar a uno de los propuestos por el PP? ¿Por qué esperaron a que se celebrara la citada comisión y no expusieron antes sus reparos? ¿Por qué no se incluyó en la nueva ley que regula la RTVC que los miembros del Consejo no debían estar afiliados a partido político alguno? Visto lo ocurrido en los últimos días con este asunto, cabe sospechar, sin temor a equivocarse, que detrás de este parón y del repentino cambio de opinión de los socialistas y cierto sector nacionalista se esconden otros intereses y no precisamente generales, sino más bien de quien ve peligrar una suculenta fuente de recursos. Por eso es deleznable que un Parlamento se preste a este tipo de tretas.

Muchos se preguntan qué va a pasar ahora. Y con razón. Después de haber puesto en cuestión tantas veces la labor del actual director general, Guillermo García -no todos, pero sí la mayoría-, son incapaces de cerrar un acuerdo para sustituirlo. Como bien apuntaba EL DÍA en su edición del pasado jueves, "Willy forever". Si ahora mismo, las cuatro fuerzas políticas representadas en el Parlamento canario no lo logran, qué va a pasar después de los comicios de mayo si se incrementa, tal y como se espera, el número de partidos en la Cámara. Sinceramente, Canarias no se merece esta clase política.

Y si quedaba alguna duda, ahí está el llamamiento de Cáritas solicitando a los políticos -lo que hay que ver- mayor implicación social. Para ello, esta ONG ha elaborado un documento con una serie de recomendaciones para activar las "reformas estructurales que generen justicia social, fomenten la participación en los asuntos comunes, alienten la asunción ciudadana de responsabilidades sociales, hagan más transparente el ejercicio del poder, fortalezcan la democracia representativa, distribuyan la riqueza, protejan el derecho al trabajo como bien necesario para la conservación de la vida personal y familiar, busquen la integración social y generen una sociedad cohesionada".

Pero las recomendaciones no solo vienen de las organizaciones no gubernamentales, también los empresarios muestran su preocupación por la incertidumbre política que existe en estos momentos de cara a las próximas citas electorales y sus resultados. La inestabilidad que se puede generar les tiene aterrados y por eso reclaman mayor responsabilidad a los actuales dirigentes políticos.